Con poco apoyo interno y disconforme con el triunvirato de mando, Hugo Antonio Moyano retiró a los camioneros del consejo directivo de la CGT. El sindicato continuará confederado, pero dejará de ocupar una silla vacía en la cúpula que supo manejar en los últimos 14 años.
El portazo fue anunciado en la reunión de consejo directivo por Omar Perez y marca el fin de una era. Se abre la incógnita de que sucederá en Azopardo sin que haya moradores de la familia Moyano.
En los noventa, junto con Juan Manuel Palacios y Alicia Castro formó la Unión General de Trabajadores del Transporte, que dio origen al MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos). Desde allí encabezó uno de los polos opositores más importantes a las políticas del menemismo.
Ya en los 2000 la suerte del camionero y de la CGT empiezan a conjugarse. Es que en 2004 asume como secretario General en una experiencia fallida de triunvirato junto con José Luis Lingeri y Susana Rueda. En 2005 queda como único secretario General y ese puesto lo mantuvo hasta 2016.
Reelecto en 2008 y en 2012, en 2016 dio un paso al costado para dar paso a la reunificación de la por entonces fragmentada en tres vertientes central obrera. «Me voy del cargo, pero no de la lucha», había dicho en su discurso de cierre. Y tanto fue así que desde las sombras y a través de los representantes de su gremio, primero Pablo Moyano y luego Perez, siguió marcando buena parte del pulso de Azopardo.
Ayer, con la retirada de camioneros se cierra un era. No está claro el rumbo que tomará ahora el gremialista, aunque todo apunta a la conformación más solida de la multisectorial 21F que viene presentando en todo el país, que reúne actores confederados en la CGT, con la CTA de los Trabajadores, la CTA de Pablo Micheli y las organizaciones sociales.