Paola Mariana Garbalena, de 40 años, se convirtió en la primera mujer chofer del SAME, que hasta el momento contaba con 588 conductores capacitados para situaciones de emergencia, todos ellos varones.
Paola es madre de una niña de 2 años, cuenta con siete años de experiencia en el Sistema de Atención Médica de Emergencias en el área operativa como radio-operadora. De hecho, había realizado todas las tareas previas al despacho de la ambulancia, desde la recepción de las llamadas hasta la correspondiente derivación.
En el último año, había recibido una intensa capacitación y entrenamiento, ya hizo los primeros auxilios y será conductora de una moderna unidad del SAME, la primera que cuenta con la camilla totalmente automática.
“Ser la primera mujer chofer del SAME significa un orgullo, por la elección que hicieron respecto a mí, es marcar una tendencia, un antes y un después en las diferencias de sexo”, resaltó totalmente feliz de ser quien marque el camino para muchas más compañeras.
En un oficio que históricamente fue ocupado por hombres, Paola dio el primer paso y se mostró “completamente sorprendida” por el recibimiento que tuvo de sus pares varones: “Me siento más que bien, les tengo que agradecer a todos. Lo único que recibo son felicitaciones. Todos quieren sacarse fotos conmigo”, relató.
“El cambio generado de pasar de ser radio-operadora a chofer implica un desafío terrible, porque no es solo el hecho de manejar, sino con lo que te encontrás en el lugar. Va más allá del manejo, de las sirenas, del tráfico, sino llegar al lugar y encontrarte algo traumático o no. Yo creo nadie está preparado para ver todas esas situaciones, uno se va a ir haciendo a medida que va transcurriendo laboralmente el camino de chofer”, explicó.
Paola es la primer mujer chofer del SAME (en el resto del país hay otras dos, pero en sistemas privados), pero está convencida de que no será la única. “Espero ser la que marque la tendencia y que se sigan sumando más mujeres”.
Es que si bien será la primera conductora, en el sector operativo del SAME –donde anteriormente se desempeñaba- donde trabajan alrededor de 350 personas, el 70% de ellas son mujeres.
“Yo creo que lo que va a cambiar es la vista de un chofer, que las mujeres van a tener las mismas posibilidades que un hombre en manejar una ambulancia, que antes no pasaba ni por un pensamiento”, subrayó.
Los conductores del SAME no solo manejan los móviles, sino que controlan diariamente el equipamiento y su funcionalidad, mantienen las condiciones de transitabilidad de los vehículos y colaboran con la atención inicial del paciente.
Hace apenas 3 meses, la lucha de una chofer hizo que la justicia disponga un cupo del 30% para mujeres en la conducción de colectivos.
Fue Erica Borda, colectivera de la línea 140 durante diez años, hasta que en 2010 los directivos del grupo Plaza la despidieron.
De aquel tiempo a esta parte, Erica quedó desempleada, sin que ninguna otra empresa la contratara. Tampoco le dieron solución desde el sindicato, la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Luego de golpear todas las puertas posibles, y de ver que le eran cerradas por el hecho de ser mujer, acudió a la justicia.
A 8 años de aquel despido, y tras haberla peleado en todos los frentes posibles, confrontando con el machismo de un gremio misógino, Erica conquistó su derecho a trabajar en la profesión que ama: el colectivo.
La Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo reconoció que “hubo discriminación de género” y obligó, a tres empresas de colectivos del área metropolitana, a que contraten mujeres hasta alcanzar el cupo femenino de la planta, equivalente al 30 por ciento del personal.