La inflación de los trabajadores trepó al 12,1% en noviembre y acumuló una suba de 147,1% en once meses, por lo cual 2023 será el «peor año» en materia inflacionaria desde la híper de 1990.
Así lo señaló un informe de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) que puntualizó que a suba de precios se aceleró el mes pasado en 2,3 puntos con respecto a octubre.
En tanto, la inflación interanual alcanzó el 159,7% en noviembre, de acuerdo con el relevamiento de esa casa de estudios.
La UMET explicó que la aceleración de la inflación se produjo mayormente tras el balotaje del 19 de noviembre.
«La perspectiva de devaluación sumada a la desregulación de precios viene generando desde entonces intensas subas de precios, que dejan un fuerte arrastre para diciembre. Con total seguridad, 2023 será por lejos el año de mayor inflación desde la híper de 1990», evaluó.
Según el informe, la inflación de noviembre estuvo traccionada por Salud (+14,7%), seguida por Transporte (+14,3%).
En el primer caso, incidieron las subas en medicamentos (con alzas promedio mayores al 20%) tras el fin del congelamiento que había seguido a las PASO.
En el caso de Transporte, las alzas se deben principalmente al descongelamiento de la nafta, que comenzó tras la crisis de los combustibles a fines de octubre y se consolidó tras el balotaje.
Hubo otros seis rubros con subas de dos dígitos en noviembre: Vivienda trepó 12,9%: si bien continuó el congelamiento tarifario, los alquileres continúan trepando por encima del índice de precios promedio.
Por su parte, Alimentos y bebidas avanzó 12,8%, Equipamiento del hogar subió 11,9%, Educación 11,1%, Recreación y cultura 10,2% y Comunicaciones 10%.
Solo hubo dos rubros con alzas de un dígito: Indumentaria y calzado (9,3%) y Otros bienes y servicios (8,6%).
En este marco, la UMET destacó la «consolidación de un fenómeno de creciente dispersión de precios relativos en el período de Gobierno saliente».
«Esto significa que las dinámicas de alza de precios se caracterizaron por darse a ritmos muy diferentes: los bienes treparon mucho más que los servicios», añadió.
Y ejemplificó que las subas más pronunciadas se dieron en prendas de vestir, ciertos alimentos (como frutas y verduras) y adquisición de vehículos; en contraste, los incrementos más acotados se registraron en servicios cuyas tarifas son reguladas por el Gobierno, como electricidad y gas, transporte público, telecomunicaciones y seguros médicos.