La semana pasada los trabajadores de Correo Argentino encararon protestas en diferentes puntos del país. Denunciaron unas 46 cesantías de contratados durante la pandemia y hablan de 1000 puestos de trabajo que corren riesgo.
Trabajadores del Correo Argentino realizaron marchas y concentraciones en todo el país el viernes en rechazo a los despidos de 46 trabajadores contratados durante la pandemia de coronavirus.
Según le dijeron voceros sindicales a Tiempo Argentino, la empresa estatal pretende desprenderse de alrededor de 1000 trabajadores contratados en total.
Las concentraciones más fuertes se dieron en Rosario, Salta Capital y en la Ciudad de Buenos Aires. Dos días atrás, trabajadores del Correo protestaron frente a la sede central de Monte Grande, en el suroeste del Gran Buenos Aires.
La empresa asegura que no se trata de despidos sino de “finalización de contratos” de trabajadores incorporados en forma eventual para reemplazar a los que fueron licenciados por la pandemia.
Walter Palombi, secretario General del Sindicato de Trabajadores del Correo de Rosario, desmintió las afirmaciones de Correo Argentino. El dirigente sindical aseguró que es falso que todos los trabajadores ya retornaron a sus puestos. “Es una mentira –dijo al portal El Ciudadano, de Rosario– porque no todo el Correo volvió a trabajar. Gran parte, mayores de 60 años o con una enfermedad preexistente, están sin prestar servicio, por lo que nos parece que están tratando de hacer un ajuste por el lugar menos indicado, que son los trabajadores”.
En Rosario se habla de 20 despidos. “Si llegan a sacar 20 contratados, la planta logística de Rosario no se puede operar más. Hay dos sucursales en Rosario que no pueden abrir porque hace falta gente”, advirtió plombi.
Para el dirigente sindical el Correo Argentino trabaja al compás de Mercado Libre. Al principio de la pandemia, ML no daba abasto con la demanda y buena parte de ella derivó hacia el Correo. La empresa incorporó personal en reemplazo del que licenció pero además porque el volumen de actividad creció. Con el paso de los meses, ML ajustó su logística y fue copando la demanda al punto de dejar para el Correo las partes menos rentables, explicó Palombi.
“Esto es una locura porque esos compañeros y compañeras pusieron la cara en la pandemia. Cuando muchos organismos públicos no trabajaban, el Correo siempre dijo presente para que la gente pudiera mantener la cuarentena. Esos compañeros y compañeras se contagiaron y contagiaron a sus familias. No se los puede echar”, concluyó Palombi.