Al finalizar la reunión que se extendió por más de tres horas, Antonio Caló (UOM) se diferenció de la medida anunciada por los gremios opositores que responden al camionero Hugo Moyano porque «en la CGT somos conciliadores y estamos confiados en que el Gobierno va a escuchar nuestro planteo», referido al piso en el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.
En compensación por esa concesión al gobierno, el metalúrgico afirmó que la central obrera pedirá una audiencia urgente con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para debatir cambios en ese piso.
De la reunión participaron junto a Caló, Andrés Rodríguez (UPCN), Mario Marquez (SMATA), Gerardo Martínez (UOCRA), Omar Viviani (Taxistas), Héctor Daer (Sanidad), Armando Cavallieri (Comercio), Alberto Roberti (Petrolero), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), entre otros.
En conversaciones con Info Gremiales, un dirigente de la CGT comentó que el malestar por el impuesto es muy importante desde las bases, y que desde allí se explica la reunión. “En un encuentro reciente con unos 1200 delegados de todo el país, el reclamo fue muy fuerte”. También comentó que ya entre los dirigentes existe “bronca contra Carlos Tomada porque no está tomando decisiones”.
De hecho, Caló tampoco ocultó el malestar que se evidenció en la reunión. «Somos prudentes. Somos pacientes. Pero cuando tengamos que reclamar, vamos a hacerlo con la fuerza del movimiento obrero», dijo Caló a la salida del encuentro.
Sobre resoluciones concretas y de corto plazo por el tema Ganancias, la CGT planteó que espera que el Gobierno «por lo menos» disponga no aplicar el impuesto al medio aguinaldo.
En la cita, a su vez se repasaron la situación de los trabajadores de la industria automotríz, metalúrgica y textil. «Se analizó con preocupación la situación que atraviesan distintas actividades, entre ellas la industria automotriz que está sufriendo suspensiones causadas por la baja del consumo interno y la caída del mercado brasileño. Dichas dificultades se sufren también en las metalúrgicas, textiles y otras actividades que conforman la cadena de valor», informó la central mediante un comunicado.
Se impuso, así, una postura intermedia entre protestar y no hacer olas, que por ahora favorece al gobierno. Para llegar a esa resolución, ayudó que todavía está pendiente la puja del gobierno de Cristina Kirchner con los fondos buitres.
Algunos gremialistas de la CGT Alsina coincidían anoche en que no era momento de “salir ahora a apretar fuerte”.
Resta saber si, después de este punto medio por el que camina la CGT oficial, el gobierno da una respuesta al reclamo que hoy por hoy iguala a las cinco centrales de trabajadores.