Dirigente del interior bonaerense y hombre fuerte de la UOM, Naldo Brunelli conseguirá una banca en la legislatura bonaerense por el Frente de Todos. Con un pasado turbulento por su rol en la privatización de Somisa y un paso por la cámara baja, se perfila como el único referente de la ortodoxia en conseguir un lugar destacado.
La cosecha de la ortodoxia cegetista en el Frente de Todos en la zona del AMBA fue casi nula. No hubo ningún representante en la lista de diputados nacionales en la Lista del Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires y ningún representante en la lista de diputados nacionales por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La única excepción llegó en la lista de precandidatos a diputados provinciales en la segunda sección electoral. Allí Naldo Brunelli, un histórico de la UOM encabeza la nómina.
Brunelli es el secretario General de la seccional San Nicolás de los metalúrgicos y secretario Administrativo de la emblemática organización industrial a nivel nacional. En la práctica es el número dos de la UOM, luego del fallecimiento de Armando Leyes, secretario Adjunto del gremio.
El «taquígrafo» comenzó su historia sindical en 1970 cuando fue elegido delegado y tuvo un paso por prisión en el 77, en plena dictadura cívico militar.
El momento más turbulento de la historia gremial de Brunelli llegó con la privatización de Somisa. Primero con la resistencia a la iniciativa del radical Juan Sourrouille, con el acto más grande que se recuerde en San Nicolás y luego con los históricos cruces mediáticos con el expresidente Carlos Saúl Menem y con los interventores designados, entre ellos María Julia Alsogaray y Jorge Triaca (Padre).
De hecho, una vez resuelta la situación, varios cuestionan su rol en el último tramos y el periodista Horacio Verbitsky lo acusó en Página/12 de haber generado una empresa tercerizada para quedarse con un negocio subsidiario.
Luego llegó su paso por la política. Convocado por entonces por Eduardo Duhalde, en 1993 llegó a la cámara baja en la boleta en la que también figuraban Alberto Pierri y Oscar Alende. Allí tendría que ser una alfil en el parlamento del mismo Gobierno que había impulsado el vaciamiento de Somisa.
En 2003 y luego de los fallecimiento de Lorenzo Miguel y Luis Guerrero, Brunelli estuvo por 7 meses al comando de la UOM. Fue una transición hasta la elección definitiva de Antonio Caló.
Desde entonces talla con fuerza en la organización y es uno de los pilares de la Rama 21, la que encuadra a los trabajadores de las empresas de la siderurgia.
Desde diciembre se convertirá, además, en el único representante de la ortodoxia cegetista en tener un lugar en el parlamente, en este caso bonaerense, en las legislativas desde las listas del Frente de Todos en el AMBA.