La mejora en el nivel de actividad que está mostrando la economía argentina no está acompañada por la creación masiva de empleos registrados en el sector privado sino por «mayor precarización y caída del salario real», advirtió un estudio de la Universidad Nacional de Moreno.
Después de la recesión de 2016, se observa que la recuperación de los últimos meses (1,6% entre enero y junio) se caracteriza por ser una salida más lenta que las experimentadas por la economía argentina en 2013 y 2015 y no impacta fuertemente sobre los indicadores de empleo, salarios y distribución del ingreso.
El rebote actual no provino de una lluvia de inversiones privadas sino que lo impulsa principalmente el Gobierno mediante transferencias a las provincias (+25%), inversión pública (1%), gasto social (+7% mayoritariamente sobre jubilaciones y programas sociales) y créditos al consumo (ARGENTA).
La fuerte expansión de los créditos hipotecarios (motorizados hasta ahora principalmente por la banca pública) alientan la construcción privada y la venta de inmuebles, lo cual también tracciona la actividad económica.
A su vez, el consumo de bienes durables como autos y motos también se recupera más por créditos de la banca pública y privada, que por mejoras en los ingresos de las familias, dice el informe de coyuntura de la Universidad Nacional de Moreno Según el análisis, la mejora en el nivel de actividad no se emparenta de igual modo sobre el nivel de empleo, que continúa prácticamente en niveles del 2016, «mientras se consolida un sendero de mayor precarización y caída salarial».