Marcelo Taborda era delegado del personal jerárquico del local 42 de Carrefour, ubicado en Merlo, provincia de Buenos Aires. En particular era jefe comercial. Fue despedido en abril de 2014 sin causa, una semana después de que sus compañeros lo eligieran como delegado.
Desde entonces, el flamante sindicato de los empleados jerárquicos, cuya sigla es UPJECO, viene luchando para que lo reincorporen. Y hace unas días finalmente lo logró.
En una situación similar se encontraba Marcelo Fuentes, gerente comercial de un Carrefour de Mar del Plata y despedido en abril de 2014. Hace unas semanas hubo fallo favorable de la Cámara de Apelaciones número 1, y está a la espera de que la empresa lo reinstale.
Casos como estos se repitan en los distintos súper e hipermercados de la Argentina, donde los empleados jerárquicos son entre 150 mil y 200 mil. El mapa salarial de esta masa de trabajadores es sumamente irregular, y el incumplimiento de la ley de contrato de trabajo es moneda corriente.
Ante ese panorama, a principios de 2013 un grupo de trabajadores armó un sindicato. Hicieron la presentación ante el Ministerio de Trabajo y, si bien el expediente está en trámite, todavía no consiguieron obtener la personería gremial. Esa indefinición del Ministerio hace que los trabajadores nucleados en la UPJECO (unos 5 mil afiliados y más 300 delegados a nivel nacional) se encuentren en una situación vulnerable ante las patronales.
“Optamos por no promover más la elección de delegados en los distintos lugares de trabajo, porque las empresas aprovechan la zona gris para despedirlos como
forma de amedrentamiento”, explicó el referente Gustavo Báez a Infogremiales.
Así como el caso de Taborda y Fuentes, existen otros dos caos a la espera de un fallo judicial, que se supone será favorable. “Estamos en las instancias decisivas”, dice Báez. Los despedidos por sumarse al nuevo sindicato de jerárquicos trabajaban en un Carrefour de Burzaco y en otro de Merlo.
El flamante gremio apunta a conseguir que exista un convenio colectivo particular para los jerárquicos, lo que les permitiría tener una base salarial y los beneficios que correspondan y hoy se incumplen, como el pago de horas extras y por trabajar los domingos. Por ahora, ganaron una batalla, pero siguen esperando el aval del Ministerio de Trabajo.