Estaban movilizando al juzgado para reclamar que no den lugar al desalojo de Aceros Ortega. Buscan mantener sus fuentes de trabajo. Hubo gases y golpes.
Los trabajadores de Aceros Ortega estaban movilizando a las puertas de los juzgados de Quilmes cuando la policía Bonaerense y el Grupo Geo los reprimió. Hubo piñas, palazos y gases lacrimógenos.
Los metalúrgicos reclamaban que se suspenda en desalojo de la planta y que se les permita sostener sus puestos de trabajo.
Vale recordar que en el año 2000 la familia Ortega compró unos terrenos en Berazategui sin saber que estaban subastados. Hicieron un boleto de compra-venta y lo pagaron.
Al poco tiempo, con la familia ya en posesión, empezaron a llegar notificaciones de demandas. Se enteraron que en esos terrenos había antes una empresa sobre la que recayeron juicios laborales que la Justicia ahora le quiere hacer pagar a los Ortega, desalojándolos.
Los obreros de la empresa y sus dueños, junto con su asesora letrada, les hicieron saber que no estaban dispuestos a entregar sus fuentes de trabajo y su única vivienda familiar.
Argumentaron que la Justicia la estaría entregando «a los dueños de la especulación -financiera e inmobiliaria-. Los compradores en subasta aquí que no tienen cara visible, los trabajadores y sus dueños sí.», afirmaron en un comunicado de prensa.
«El tribunal pretende que paguen esas indemnizaciones, liberando a los verdaderos responsables y, permitiendo la especulación de la carroña, que compran a uno lo que venden a diez»
Desde Aceros Ortega sostienen, además, que la justicia está violando el decreto que suspende los despidos y las suspensiones.
«No podemos tolerar que en democracia esto ocurra, mucho menos cuando el gobierno de turno representa los intereses populares», concluyeron.