En el marco de una asamblea con más de 600 trabajadores, la conducción del Sindicato de Guincheros decidió correr de su cargo al, ahora, ex secretario Adjunto Daniel Amarante. Revitalizado por la interna, Roberto Coria envía al llano al moyanismo y empieza a palpitarse una elección determinante para el sector.
Esta semana y en el marco de una asamblea que reunió a más de 600 trabajadores del sector, la conducción del Sindicato de Guincheros decidió correr de su cargo al, ahora ex, secretario Adjunto Daniel Amarante. Se trató de una determinación que llegó por la fuerte interna que encabeza el propio dirigente.
Amarante era el número 2 de Roberto Coria, secretario General de Guincheros, un gremio estratégico para la actividad, y uno de los principales referentes de la Federación Marítima Portuaria (Fempinra).
«En este gremio no se expulsa a nadie. Es un gremio democrático. Vamos a dirimir nuestras diferencias en las urnas», argumentó Coria la decisión de la asamblea.
El detonante de la salida de Amarante, quien encabeza una línea interna en el sindicato desde hace tiempo, hoy apalancada por el moyanismo, fueron «actitudes que violaban el estatuto y eran lesivas al sindicato y a los trabajadores del mismo”, le endilgaron sus pares de la comisión directiva.
Entre otras cosas recordaron que en marzo pasado Amarante vandalizó la sede del gremio con carteles que promocionaban su candidatura para los próximos comicios.
Vale remarcar que los mandatos sindicales están prorrogados hasta el 31 de agosto. Desde entonces comenzarán a correr los plazos para renovar las conducciones sindicales. Las estimaciones de los conocedores del paño es que en noviembre los guincheros podrían estar pasando por las urnas para saldar la disputa.
La decisión de Coria, revitalizado políticamente por la interna, de apartar de su cargo a Amarante y devolverlo al llano, marca una apuesta audaz y fuera de lo común. Por lo pronto corre los comicios de la vía judicial y los concentra en el combate voto a voto.