Enrolado en la CTA de Pablo Micheli, Rigane se mostró muy duro con las primeras medidas de Mauricio Macri en relación a la política energética.
«Qué van a pagar las multinacionales que están fuertemente subsidiadas y tienen altísima rentabilidad en este país», se quejó. Y cuestionó al flamante ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien «no dice nada» con relación a ese tema.
Sobre la reciente declaración de la emergencia eléctrica, dijo: “Pareciera que todo lo tiene que poner el pueblo. ¿Qué van a poner las empresas? ¿Por qué el Ministro Aranguren no toma la decisión de que las empresas hagan las inversiones que corresponden rápidamente y que apuesten al desarrollo de este país en serio? Y no que tenga que ser el pueblo el que tenga que soportar la devaluación, el proceso inflacionario y ahora un aumento de tarifas que no sabemos qué dimensión va a tener”.
«Si las empresas multinacionales del ámbito energético perdieron tanto dinero que les fue imposible invertir y mantener el sistema energético, qué hicieron con el dinero», cuestionó el secretario Adjunto de la CTA Autónoma.
dijo que le genera menos confianza «que quienes integran el equipo del ministro de Energía Aranguren, sean todos exCeo de las empresas y los grupos multinacionales que están en la Argentina».
En ese contexto, habló sobre la política de subsidios y aclaró: «Me parece muy difícil que se pueda corregir en un solo acto. Debe resolverse gradualmente y para eso hay que hacer un sinceramiento respecto de cuáles son los verdaderos costos y cuáles deben ser las ganancias».
«No es posible lo que sucede con las petroleras, que el costo de extracción esté en 12 dólares y y el precio de venta a paritr de la materia prima sea siete veces más alto», lanzó. Además, dijo que «la energía es un derecho humano y un bien social» y no una «mercancía».
Por otro lado, denunció el supuesto pacto social que pretende el macrismo: “Este tipo de “Pacto” es solamente para seguir garantizándole a las empresas y a la patronal mayores ganancias y que la crisis la sigan pagando los trabajadores”.
Por último, dijo que “discutir salarios por productividad sería volver a la década del 90, volver a la época de la convertibilidad porque esa era la política de Cavallo, que nunca dio resultados y por eso mantuvieron los salarios congelados durante 11 años”.