(Por Pablo Maradei) En la previa de los comicios en los que irá por la reelección la semana próxima, Roberto Fernández habló de la situación de los choferes. Valoró la equiparación salarial y el sostenimiento de los empleos, puso el eje en la formación y pidió mayor control sobre los subsidios: «El Estado no debería dar subsidios sin control».
La Unión Tranviaria Automotor (UTA) tendrá elecciones de renovación de Consejo Directivo nacional los próximos días 1° y 2° de diciembre. Competirán dos listas: la oficialista Celeste y Blanca que conduce Roberto Fernández y quien ostenta el cargo de secretario general desde 2007; y la Azul, en cabeza de Miguel Bustinduy. Están habilitados unos 80.000 trabajadores para votar en todo el país. La oposición nació en 2019 a raíz de que una parte de la Comisión Directiva se abrió de Fernández acompañando a Bustinduy que era secretario de Organización y es un alfil de la familia Moyano que intenta quedarse con el gremio.
Un recorrido por la vida de Fernández da cuenta de que se inició como colectivero a sus 26 años en la línea 46 y que en 1970 ya era delegado para luego participar allá por 1985 de la estructura nacional junto al histórico dirigente y quien fue secretario general desde la vuelta de la democracia hasta 2006, Juan Manuel Palacios. Previo a los comicios, brindó esta nota a InfoGremiales.
-¿Le pregunto por los logros en su gestión?
– Estamos orgullosos de haber conseguido que todos los trabajadores del país tengan un salario igualitario. Es decir: no hay trabajadores de primera y de segunda. En el tema de la pandemia no hemos perdido ningún trabajador y han cobrado siempre su sueldo. El sector de Larga Distancia se destruyó durante la pandemia y varias empresas han caído, pero hemos logrado que otras absorbieran a esos trabajadores. Pasada esa crisis podemos decir hoy que no hemos perdido continuidad de trabajo.
– A futuro, ¿sobre qué ejes trabajará?
-Continuamente buscamos llegar al trabajador y mejorar sus condiciones de trabajo y eso es algo permanente en nuestra idea de cómo hacer gremialismo. Por supuesto que entre esas mejoras y con estos niveles de inflación la discusión salarial adquiere un lugar preponderante y continuo en la agenda. Obviamente seguiremos con la creación y promoción de las escuelas de capacitación. Todas estas mejoras conllevan a que el trabajador cumpla con sus obligaciones en un ambiente laboral que buscamos sea el mejor. Promover a la participación a la gente joven y prepararla para los desafíos que se vienen como es el del avance de la tecnología; y que lo hagan con compromiso. Queremos y buscamos una participación constante. Esto es hacer escuela.
– Es sabido que las obras sociales sindicales después de la pandemia han quedado financieramente peor de cómo venían. ¿Cómo está la de la UTA?
– Es tal cual decís: el problema de las obras sociales es general; nosotros como sindicato, y como ocurre con muchos gremios, salimos al rescate de la obra social. Es algo que lamentablemente se evalúa y trabaja día a día.
– ¿Qué evaluación hace respecto a la lista opositora que promueve el moyanismo?
– Es cierto lo que decís, pero yo no quiero entrar en el tema político por las actitudes que tienen los demás. Tengo mi punto de vista, pero es imposible que entre trabajadores haya esta competencia tan desleal. Hay que convencer a los trabajadores del compromiso que tenemos nosotros porque nosotros somos una lista de los trabajadores. Estas mismas desuniones las vemos en la CGT y en el movimiento obrero; y en ese sentido hemos perdido los valores.
– Durante la pandemia, el Gobierno lanzó distintos subsidios (IFE y ATP) que, en el caso del Transporte de pasajeros, es algo que viene sucediendo desde hace añares. ¿Qué posición tiene respecto a los subsidios?
– Hoy todo pasa por los subsidios. El Gobierno es el que paga el pasaje de los usuarios y yo eso no lo discuto, no está mal; al contrario. Pero sí digo que el Estado debería tener control sobre las empresas. Ejemplo: DOTA tiene el treinta y pico por ciento del transporte de pasajeros de CABA y por lo tanto va a tener un poder de compra mayor que otra empresa más pequeña. Es evidente que su poder de compra o negociación es mayor que el de muchos otros; bueno yo digo que el Estado debería poner un ojo ahí y no dar subsidios sin control, sino que debería evaluar a las empresas y sus costos. Algo raro pasa y eso es un problema.
– ¿Y qué proponen desde la UTA?
– El Estado debe tener el control sobre los subsidios que se dan al transporte, si miramos bien los números esta gente está haciendo algo que no es ilegal pero sí a empresas poderosas se les da más poder porque siempre se la llevan los mismos. Todas las empresas no son iguales en sus costos y todas reciben el mismo subsidio.
– ¿Cómo afecta esto a sus representados?
– Que se hacen monopolios muy poderosos y sin control.
– Vuelvo para atrás: cuando le pregunté por la lista opositora que promueve Moyano usted mencionó la crisis intra CGT por la falta de unidad, ¿cómo analiza la situación? ¿Hace una autocrítica?
– Sí, hasta la calle hemos perdido: teníamos 10 millones de trabajadores y hoy hay solo 6; y en esta situación económica no los recuperamos más; todo eso sumado a las nuevas tecnologías que reemplazan a la mano de obra. Nosotros como dirigentes tenemos que estar preocupados por esta situación. Acá hay muchas cosas que, por el no compromiso del movimiento obrero, se están haciendo mal. Cambiar esta inercia es algo que le debemos al trabajador, tenemos que estar unidos y no tenemos que hacer locuras. El Capital tiene que estar al servicio de la economía.
– Siguiendo esa línea de pensamiento, ¿qué próximos pasos dará la Mesa Político Sindical que armó la CGT y de la que usted forma parte?
– Primero te digo que fue una obligación hacerla porque las 62 organizaciones están en otra cosa. Lo que decís es tal cual: yo espero que pronto empiece a funcionar sino será otro fracaso más. Perón nos dio el 33% (de las bancas del Congreso) y también las hemos perdido. Tenemos que ir recuperando todo lo perdido. No estoy echando culpas, pero hace años que la Argentina está mal. Para mí es importantísimo que el movimiento obrero pueda trabajar en política para discutir con el Gobierno que política económica va a llevar adelante. Ninguno nos ofrece un plan, acá vemos que viene uno y pone una mesa y a los 10 minutos está en otro lado; eso no es continuidad política.