El gobernador Poggi confirmó que abonará una suma de 2.000 pesos por única vez el próximo 10 de diciembre y oficializó que hará lo propio con el aguinaldo antes de Navidad, y los sueldos de diciembre antes de que expire 2014.
La medida -dijo- se concretará «con recursos propios de la provincia». «Hemos dispuesto estas medidas con dos meses de anticipación para que los trabajadores puedan organizarse y dar previsibilidad; podemos adoptar este tipo de determinaciones porque contamos con un presupuesto ordenado, con las finanzas sanas», enfatizó.
La estrategia ahora impactará en el resto de los Ejecutivos, en medio de la estrechez de cuentas que muestran en promedio las arcas del interior y de las presiones gremiales que se multiplican.
La mayoría de los mandatarios ya rechazaron pagar un bono de fin de año, aunque algunos (como el de Córdoba) dejaron la puerta abierta a poder negociar alguna suma en ese sentido.
Otro que levantó el guante fue el riojano Luis Beder Herrera, al intentar calmar a los sindicatos locales con la promesa de pago de «300 o 400 pesos» de monto fijo entre noviembre y diciembre.
Frente a ela reticencia generalizada, el pataleo gremial de estatales y docentes va in crescendo y preocupa a los gobernadores, ya que a la creciente exigencia de reapertura de paritarias se suma la pretensión de cobrar ese bono de fin de año, que hoy están muy lejos de poder pagar.
En línea con la pretensión ya blanqueada en el ámbito privado por el líder de la CGT oficialista Antonio Caló -apuesta a cosechar de las patronales un pago extra de fin de año para hacer frente al impacto de la inflación-, el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, pidió al ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni, que se abone a los maestros una suma de carácter extraordinaria antes de fin de año. Además, ingresó un pedido formal a cada titular de la cartera de Educación de las provincias para que realice las gestiones necesarias ante el correspondiente gobernador.