La movilización sindical prevista para el próximo 22 de febrero, no contará con la participación de Unión Ferroviaria (UF). Fue el secretario general del gremio, Sergio Sasia, quien tomó distancia y dijo que la movilización que organizan los Moyano responde a «un reclamo sectorial», en relación a la escalada de tensión entre Camioneros y el Gobierno.
Los ferroviarios se suman a otros gremios que ya anticiparon su rechazo tras la negativa de Héctor Daer de plegarse a la protesta. Daer es uno de los tres jefes de la CGT y representa al sector de los llamados «Gordos» de la central obrera, como Alimentación, Comercio. Tampoco estarán los «independientes», UOCRA, UPCN y Aguas Sanitarias.
«El escenario supera una marcha: no intercedemos en convocatorias y, en ese sentido, no nos vemos convocados a la marcha del 22», anticipó Sasia, a poco más de dos semanas de la protesta convocada por Hugo y Pablo Moyano.
«Hay una confusión, es un reclamo sectorial y ahora se torna desde un sector de la CGT abarcativa a los sectores sociales y sectores de la política y ahí empezamos a confundir, falta un debate interno para ver qué queremos», dijo el sindicalista en una entrevista con Radio Cooperativa.
En relación a la división que se produjo en la CGT por la posición disidente de Daer contra sus compañeros Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, afirmó: «Vemos la necesidad de converger en una unidad donde podamos tener la unidad total del movimiento obrero, respetando a la conducción actual».
El líder de Camioneros prepara una fuerte protesta contra el Gobierno para el próximo 22 de febrero, que ya tiene confirmada la asitencia del moyanismo, del barrionuevismo, de la Corriente Federal, de la CTA de los Trabajadores, de la CTA Autónoma y del sindicalismo clasista. Además participará una fracción de las 62 Organizaciones, partidos de izquierda, el kirchnerismo y se espera que puedan asegurar su asistencia el resto del peronismo y el triunvirato de San Cayetano.
La movilización se producirá en un contexto de enfrentamiento con el Ejecutivo, por las medidas de control que impulsa la Casa Rosada en los gremios, la escalada de despidos y el inicio conflictivo de la temporada de paritarias.