El secretario general de la CGT Juan Carlos Schmid afirmó que rechazará la reforma laboral, que la conducción de la central obrera «no tiene la frescura» de cuando asumió el cargo hace dos años y señaló que «está recorriendo sus últimos días» antes de la renovación de autoridades, al tiempo que consideró que «obviamente que no» hay motivos para celebrar el 1° de Mayo porque «los trabajadores en la Argentina pasan las de Caín para llegar a fin de mes».
«El triunvirato va a reunirse el jueves con el Consejo Directivo para iniciar el proceso de llamado a Congreso y renovación de autoridades. Hasta ese momento estamos, por decisión de los gremios confederados, al frente para tomar las decisiones», sostuvo el referente sindical.
En diálogo con Radio La Red, el líder de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) reconoció que el triunvirato que integra junto a Héctor Daer y Carlos Acuña «no es lo mismo que cuando fue electo hace dos años atrás, no tiene esa frescura». «Cuando se está llamando a la renovación de autoridades, está recorriendo sus últimos días», añadió el secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento.
Respecto al Día del Trabajador, Schmid consideró que «obviamente que no» hay motivos para celebrar el 1° de Mayo en la Argentina porque «indudablemente, es una conmemoración en medio de una situación muy difícil, muy compleja». «Pensemos en los millones de compatriotas que no tienen trabajo, para empezar. Hoy los trabajadores en la Argentina pasan las de Caín para llegar a fin de mes en su mayoría», manifestó.
Consultado sobre la iniciativa de reforma laboral que envió el Poder Ejecutivo al Congreso, el secretario general de la CGT advirtió que «no hay confianza en las propuestas que lleva adelante el Gobierno, porque dice una cosa y termina haciendo otra». «Si en el proyecto aparece este tema de rebaja de indemnizaciones y de despidos, obviamente, anticipo que lo voy a rechazar. Muchos vamos a rechazar este proyecto», concluyó el referente sindical.
Schmid se encuentra en la ciudad brasileña de Curitiba para participar de una marcha en reclamo de la liberación del expresidente de ese país Luiz Inácio Lula Da Silva.