«Obviamente que seguimos preocupados», sostuvo el miembro del triunvirato, Juan Carlos Schmid, al retirarse de la hermética reunión que mantuvieron con el jefe de la misión, Roberto Caldarelli.
El encuentro se desarrolló en la sede de la UOCRA donde el FMI «escuchó la visión que tiene la CGT sobre la situación económica y comunicó a los sindicalistas los detalles del programa firmado con el Gobierno y la importancia de estabilizar la macroeconomía», sostuvo tras el encuentro el titular del gremio de dragado y balizamiento.
De la reunión además participaron los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña y el anfitrión Gerardo Martínez. Al cónclave también se sumaron Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Omar Maturano (La Fraternidad), mientras que Cardarelli estuvo acompañado por otros dos miembros de la comitiva del Fondo, Joyce Wong y Paolo Didine.
«Ratificamos lo que dijimos antes de la reunión, de que no estamos de acuerdo con el costo social del acuerdo. Ellos tienen una postura tecnocrática y en la reunión dieron detalles del diseño del acuerdo con el Gobierno», sostuvo Schmid.
Al respecto, el también jefe de la CATT remarcó que «si el ajuste se extiende, hay posibilidades de conflicto muy grave en la Argentina».
Por su parte, Cardarelli dijo que el FMI escuchó «la visión» que tiene la CGT «sobre la situación económica» y luego comunicó a los sindicalistas «los detalles del programa firmado con el Gobierno y la importancia de estabilizar la macroeconomía».
Al término del encuentro, el enviado del organismo multilateral de crédito comentó que al FMI le preocupa el nivel de inflación aunque se mostró optimista de cara al futuro: «La inflación tiene que bajar y nosotros creemos que va a bajar el año próximo».
El 28 de junio pasado, la cúpula de la CGT y Cardarelli acordaron a través de una teleconferencia un encuentro cara a cara para septiembre, pero la cumbre se anticipó aprovechando el desembarco en Buenos Aires de esta misión.
Pocos días después, Schmid había advertido que será «prácticamente inviable llevar adelante un ajuste de estas características en un país que ya está paralizado y en recesión», en alusión al recorte de gastos que reclama el FMI para que la Argentina equilibre sus cuentas y garantizarle el financiamiento acordado.