El titular del Sindicato Personal de Dragado y Balizamiento (Dragybal), Juan Carlos Schmid, valoró «la puesta en funciones por parte del Estado nacional de un viejo balizador», recuperado luego de 25 años de cumplir funciones bajo el esquema licitatorio, aunque reclamó un sostenido financiamiento para todas las embarcaciones.
El Estado puso otra vez en funciones el balizador 562B, que cumplió tareas un cuarto de siglo bajo el proceso de licitación, por lo que el sindicalista reconoció «esa decisión».
«El Ministerio de Transporte, a cargo de Alexis Guerrera, debe trabajar en la puesta en funciones adecuadas de ese balizador y dotar a la flota de dragado del presupuesto necesario para que la embarcación pueda continuar las tareas desde ahora», aseguró.
El excotitular de la CGT explicó que ese balizador es antiguo, mide 41 metros de eslora, 8,80 de manga y 3,10 de puntal y fue construido a fines de la segunda guerra mundial. «Fue entregado en óptimo estado y todavía puede rendir, siempre que la armadora estatal disponga un plan de recuperación del balizamiento en el Río Uruguay», explicó hoy un comunicado del gremio, que subrayó que la entidad ya gestionó el resguardo de ese bien del Estado y le propuso a la cartera de Transporte la elaboración de partidas presupuestarias para encarar «el operativo de señalamiento del Río Uruguay».
Esa vía fluvial, que opera bajo responsabilidad de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), contrató el servicio de hidrografía naval -diseñado para el litoral marítimo y no para aguas interiores- al no recibir ofertas del Estado, afirmó Schmid.
«El burocrático manejo de la repartición obedece a varios males de vieja data a partir de su permanente dependencia administrativa y contable, que es un verdadero nudo que inmoviliza las iniciativas. Es preciso ejecutar porque se trata de una oportunidad inmejorable para ocupar esa ruta de navegación con bandera argentina», expresó.
El dirigente concluyó afirmando que el personal embarcado comprometerá todo su esfuerzo en defensa del patrimonio nacional a partir de «la crisis económica, que gravita de forma directa respecto de la adopción de decisiones oficiales», aunque remarcó que exigirá también «idéntico esfuerzo y criterio a los funcionarios responsables», concluyó.