Las calles de la ciudad de Buenos Aires amanecieron llenas de carteles y pintadas con la sintética pero suficiente leyenda “Scioli 2015”, en una clara superposición con la marcha convocada bajo el liderazgo de Hugo Moyano. ¿Simple proselitismo o un guiño al que sigue siendo el peso pesado de los sindicalistas argentinos? Por ahora, sólo lo primero.
Porque el gobernador bonaerense, lanzado con su estilo sobrio para la presidencial de 2015, intenta por estos días hacer en pie en la Capital. De la mano del llamado Justisciolismo, el ex vice presidente decidió convocar a representantes de distintos espacios peronistas y de diferentes medios de comunicación, para darle forma al armado político en el PJ y en la Ciudad.
La pata sindical de ese armado incluye a Víctor Santa María, el líder sindical de los encargados de edificios (Suterh) y flamante presidente del PJ porteño, a partir de un acuerdo que le garantizó al apoyo de Scioli.
Por su parte, Moyano sigue intentando posicionarse como líder de la oposición, incluso excediendo el ámbito gremial. De hecho, la movilización de ayer a Plaza de Mayo apuntó a mostrar su poder de calle y a su vez seducir a los sectores medios. Dos objetivos en los que, previsiblemente, quedó en deuda: sin la ayuda de los piquetes, la convocatoria fue más bien pobre y sin presencia clasemediera.
Sin embargo, y aunque los Moyano se ubican más cerca de Sergio Massa, la posibilidad de un arreglo con Daniel Scioli tampoco está cerrada definitivamente. El camionero apuesta a una ruptura ruidosa de Scioli con el kirchnerismo, algo que hoy parece más que improbable.
Así, la ronda de afiches porteños de Scioli también puede ser leída como una especie de guiño a la tropa moyanista. No tanto hacia la conducción sindical, pero sí hacia sus bases de sustentación.