A las 5.46 de este jueves y tras casi seis horas de debate, la ley quedó aprobada por 147 votos a favor y 3 en contra, y hubo 88 abstenciones, en su gran mayoría del oficialismo.
De esta manera, Cambiemos facilitó la aprobación del proyecto, que se produjo con los votos del kirchnerismo y sus aliados, el Bloque Justicialista, que lidera Diego Bossio, y otras bancadas opositoras; entre ellas, la del massismo, a último momento decidió votar a favor y abandonar su propio dictamen.
Los tres diputados que votaron por la negativa fueron el chubutense Sixto Bermejo (Trabajo y Dignidad), el massista José Ignacio de Mendiguren y el salteño Alfredo Olmedo.
El diputado Sergio Massa criticó la abstención anticipada por el oficialismo por considerar que Cambiemos firmó un dictamen de comisiones de minoría en el que rechaza la doble indemnización.
El exintendente de Tigre pretendía que se aprobara el dictamen de su espacio, el interbloque federal Unidos por una Nueva Argentina (UNA, 37 diputados), que confirmaba la doble indemnización sancionada por el Senado pero le añadía un régimen de alivios fiscales para las pymes que contraten personal.
Hasta el martes a la tarde, el oficialismo tenía previsto rechazar ese dictamen del kirchnerismo y Bossio, que así no iba a reunir los votos suficientes para ser convertido en ley, lo que hubiera provocado que pasara a votarse el de Cambiemos, que fue el segundo más votado en las comisiones de Legislación Laboral y de Presupuesto y Hacienda.
Como se descontaba que el de Cambiemos tampoco reuniría los votos suficientes en el recinto, iba a pasar a votarse el dictamen de Massa, que negociaba el apoyo del Frente para la Victoria-PJ y en principio también contaba con el apoyo del oficialismo, pero el interbloque Cambiemos finalmente se abstuvo.
Tras las bambalinas, en el oficialismo argumentaron su abstención en la necesidad de que Macri vete cuando antes la ley para no continuar horadando la imagen del Gobierno en la opinión pública, en un escenario de inflación, estancamiento económico y despidos y cesantías.
Si el oficialismo acompañaba la iniciativa de Massa, que introducía modificaciones, el proyecto debería volver a ser girado al Senado, donde el resultado era incierto.
«Lo que Massa quería es que votáramos en contra del kirchnerismo solo porque son el kirchnerismo, y que votáramos a favor del proyecto de él. Que se busquen otros», explicó Negri a periodistas acreditados de la Cámara de Diputados, después de un cruce que mantuvo con el líder del Frente Renovador en el salón de los Pasos Perdidos.
Allí, Massa le recriminó al jefe del interbloque Cambiemos el hecho de «haberse dado vuelta como una media», luego de que el oficialismo resolviera abstenerse, tras lo cual Negri publicó en Twitter que el exintendente de Tigre «desde hace 10 días busca acuerdos en el mundo del PJ, vio a (José Luis) Gioja, se reunió hasta ayer con los K, le fue mal».
Durante el debate, el trotskista Néstor Pitrola denunció «un pacto entre el macrismo y el kirchnerismo para que el Presidente vete esta ley, y se pase rápidamente a otra cosa», y señaló que «hay un ajuste, cuya cara más brutal son los despidos».
«En estos 50 días de debate parlamentario que van a culminar con el veto de Macri se siguieron produciendo despidos. Hay un promedio de 1.000 telegramas por día», señaló el dirigente del Partido Obrero (PO).
En cambio, el radical Luis Petri sostuvo que «esta discusión hace mucho que dejó de ser laboral» y que «si lo que importara fuera el empleo, el Congreso debería estar preocupado por cómo hacer ingresar al mercado laboral a los 1,2 millón de desocupados que tenemos hoy en el país».
«El kirchnerismo con esta ley busca desestabilizar social y económicamente al gobierno de Cambiemos. Porque quieren que nos vaya mal y se equivocan porque si nos va mal a nosotros le va mal a todo el pueblo argentino», afirmó el diputado por Mendoza.
Los diputados del FPV-PJ no le respondieron pero durante la madrugada argumentaron a favor del proyecto: Abel Furlán, que es además dirigente del la UOM, subrayó que la iniciativa ha sido «pedida por las cinco centrales obreras, a pesar de las grandes diferencias que tienen y que las han dejado de lado».
El presidente del Bloque Justicialista, Oscar Romero, dirigente de Smata, aprovechó para pedirle a Macri «que antes de firmar lo que va a firmar», en alusión al veto, «piense que muchos trabajadores han perdido el empleo y seguramente muchos van a seguir perdiendo el empleo».
La massista Graciela Camaño, después, cuestionó que Macri haya anticipado su veto a la ley, al señalar que se trató de «una actitud poco democrática» y «reprobable», porque «debió haberse mantenido en respetuoso silencio».
También en el período de cierres, el presidente del bloque kirchnerista, Héctor Recalde, defendió el proyecto al afirmar que «forma parte del derecho del trabajo, que está en el artículo 14 bis de la Constitución, que dice que el trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes».
«Le pido al Presidente que no la vete, y si quiere que conversemos, conversemos para ver si hay otro remedio», completó.
El último orador, Negri, rechazó el proyecto, defendió al Gobierno y resaltó que ingresó un «proyecto de empleo pyme, no para los empresarios, sino para los trabajadores» y que este jueves «se realizará el Consejo del Salario», además de la «actualización del seguro de desempleo» de 400 a 3.600 pesos.