En cuestión de días Armando Cavalieri dará un nuevo giro en sus elecciones político-sindicales. Es que el líder mercantil será de los gremialistas que den el salto hacia la unidad de la CGT y se acerque, así, al macrismo para cobijarse al calor del poder que nace en el país.
Mientras eso sucede, las internas en el Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) que conduce están al rojo vivo, y ya son varios los que buscan probarse el traje que dejará en Cavalieri en el futuro.
«El Gitano» ya amagó en varias oportunidades con dar un paso al costado en el gremio y muchos creen que eso sucederá cuando termine este mandato. Por ello el tiempo vuela y todos intentan acomodarse para ser el candidato natural al sillón de Secretario General.
Los dos que picaron en punta son el secretario de Vivienda, Sergio Ortiz y el secretario de Organización Ramón Muerza. Ambos con perfiles bien diferenciados y con apoyos distintos.
La disputa, velada por un tiempo, salió a la luz luego de las escandalosa elección de delegados en la firma Dinatech que debió hacerse en la calle porque la empresa prohibió el ingreso de los representantes del gremio. Sucede que mientras los delegados pugnaban por renovar sus mandatos, los empresarios contaban con el aval de la cabeza del sindicato para darles la espalda.
Por ello, aunque los trabajadores hicieron hasta una cuadra de cola para votar bajo la lluvia, un telegrama con al firma de Muerza y el visto bueno de Cavalieri declaraba la nulidad de las elecciones.
La decisión se toma sin motivo aparente y perjudicando a los trabajadores, aunque la intención subyacente de la decisión de Muerza es entorpecer la actividad sindical en una gran firma cuyos delegados tienen como principal referente a Ortiz. Y no es la primera vez que esto ocurre.
Este procedimiento de Muerza ya se dio en más de 10 oportunidades contra delegados que respondían al secretario de Vivienda, incluso optando desde el gremio por quedarse sin representación sindical en los lugares de trabajo, abandonando a los afiliados a su suerte.
Muerza, emergente de la organización en COTO, apunta a consolidarse como el heredero natural de Cavalieri y, con el guiño de «el gitano», intenta derribar la construcción de Ortiz pensando en un futuro enfrentamiento en las urnas.
Ortiz, referenciado políticamente con el kirchnerismo, logró posicionarse entre los mercantiles, a pesar de su disidencia con Cavalieri. Al día de hoy es el único capaz de movilizar varios miles de trabajadores del sector en el ámbito de la Capital y posee un fuerte trabajo de base.
Aunque todavía es pronto para descartar otros posibles postulantes, todo indica que ambos monopolizarán la disputa por el sillón de Cavalieri y que habrá varias batallas más en el futuro.