La paralización total de la producción se concretó el pasado 3 de diciembre, aunque la firma seguirá siendo licenciataria en Argentina de la tradicional marca Singer.
Las tres últimas máquinas que se fabricaron en la empresa tendrán diferentes destinos. Una de ellas quedará en poder del actual jefe de montaje de cocinas, Fernando Luque, quien en su momento dedicó muchos años de su vida en la fabricación de estas máquinas; otra irá a parar a la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región, mientras que la tercera permanecerá en Macoser.
Según da cuenta el portal especializado, AgendarWeb, desde la firma fundada en 1954, por Anselmo y Aquiles Macchieraldo, anunciaron una política de reconversión productiva y de competitividad, adelantando que apostarán todo a las cocinas, lanzando la versión totalmente eléctrica.
“Este ha sido el final de la máquina para coser, nosotros ya habíamos previsto este momento hace 20 años”, afirmó nostálgico el director ejecutivo de Macoser S.A., Roberto Macchieraldo.
El proceso de desindustrialización que vivió el país en la década del ’70, que luego se profundizó en los ’80 y ’90, hicieron mella en muchas empresas nacionales que fueron desapareciendo de a poco.
“La única fábrica de máquinas para coser en el país que no cerró por problemas económicos fuimos nosotros”, aseguró Macchieraldo, agregando que la decisión de cerrar la producción tuvo que ver con “una competencia feroz con países muy poderosos como los del Medio Oriente, sumado a que es imposible la inversión que debíamos realizar para que nuestro producto sea más competitivo”.
“Hace dos años comenzamos a incorporar otros procesos en la fabricación de cocinas y de manera lenta y gradual se absorbió el personal hacia esa producción”.
Cabe recordar que en los años 60 habían llegado a convivir 14 industrias nacionales dedicadas a la producción de este electrodoméstico.