Junio resultó un mes atípico para el conjunto de las terminales automotrices radicadas en la Argentina porque se conjugaron la continuidad del «paro de camioneros en Brasil a comienzos del mes, junto al paro de la CGT y Aduana que afectaron el normal funcionamiento de la industria y llevó a contabilizar sólo 17 días hábiles de actividad; la persistencia de la volatilidad cambiaria, y la suba de las tasas de interés», sintetizó el informe mensual de la Asociación de Fábricas de Automotores.
El resultado de esos factores fue que las terminales produjeron 39.420 vehículos (automóviles y utilitarios), un 13,4% menos que en junio de 2017; las ventas a concesionarios del total de unidades nacionales e importadas bajó a 55.358 unidades, un 31%; y las exportaciones sumaron 22.894 vehículos, 16,2% más que un año atrás.
El presidente de Adefa, Luis Fernando Peláez Gamboa, destacó a Infobae que «además de la incidencia de los paros en la actividad del sector, tanto en Brasil, como en el mercado local, que afectaron la producción, se está frente a una nueva coyuntura económica, que hay que analizarla en dos planos, el externo y el interno».
Así, observó que en «el plano industrial, la nueva situación macro, en función de la corrección cambiaria que se ha dado, puede traducirse en una oportunidad por la mejora de la competitividad y ello, permitir mantener el ritmo de producción y exportación de los últimos meses».
Mientras que en lo referente al mercado interno manifestó «preocupación por el aumento de las tasas de interés, ya que afectan de manera directa a las ventas puesto que el 50% se realizan mediante la utilización de alguna herramienta de financiación».
Dos semanas atrás y previendo este comportamiento de la industria, Smata decidió el estado de alerta y movilización ante “la decisión del Estado de dejar en manos del mercado los designios de la industria”.
El gremio de mecánicos aseguró que “se pretende que la actividad sea el estandarte de crecimiento de una política económica que poco entiende lo industrial”.
Aunque reconoció que este año se venderán entre 850 y 900.000 unidades, la organización sindical señaló en una solicitada que “el 75 u 80 por ciento de esos vehículos son importados y las pretendidas y anunciadas millonarias inversiones de las terminales se postergaron hasta 2021”.
“Se lee a diario sobre las importantes inversiones que anunció la industria automotriz, cómo las ventas de automóviles crecen respecto de períodos anteriores y que cada vez está más cerca el objetivo de vender un millón de unidades. Lo más pomposo es que se anuncia una gran mesa conducida por el gobierno para fabricarlas en 2021”, puntualizó.
El sindicato que conduce Ricardo Pignanelli indicó que “los titulares periodísticos y los anuncios se contradicen con la realidad”, y explicó que “la liberación de importaciones, el incumplimiento del intercambio comercial automotriz con Brasil (Flex), que impone que por cada dólar exportado se importe uno y medio, sin penalidades económicas a las empresas que lo incumplen, y una política monetaria con intereses desorbitantes y mercado cambiario liberado, jaquea a la carrocera Metalpar, que podría cerrar su planta”.
“Faurecia, Brembo, Deutz, Fran, Honda y Yamaha plantean suspensiones y despidos al no poder competir con la importación. Mercedez Benz, General Motors y Ford a partir de la reducción de la producción. No es posible el diálogo con quien no sabe escuchar. Estos problemas fueron denunciados ante Trabajo, Industria, Transporte y Comercio. El gremio siempre fue bien recibido y escuchado, pero nunca comprendido. El caso más emblemático de esa situación lo protagoniza la compañía Metalpar”, afirmó el documento.