La tan mentada unidad del movimiento obrero se agita cada vez con más fuerza y comienza a hacer mella en las centrales sindicales cegetistas. Ayer el que sufrió el impacto fue el metalúrgico Antonio Caló, que vivió la pérdida de uno de sus soldados. Se trata de la Asociación del Magisterio de la Enseñanza Técnica (AMET) que integraba el núcleo de gremios docentes de la CGT que conduce.
Si bien la AMET es un sindicato relativamente pequeño, expresa uno de los primeros síntomas de lo que podría derivar en un cambio de época dentro del movimiento obrero, que en las últimas semanas se plasmó en las declaraciones de algunos de sus principales dirigentes.
La partida de AMET, además, podría debilitar al movimiento docente cegetista, uno de los sectores con posturas más fuertes en la central
A través de un comunicado, se informó que el plenario de secretarios generales de AMET a nivel nacional resolvió iniciar un camino «hacia la unidad del movimiento obrero, por lo cual hemos resuelto apartarnos de la denominada CGT oficialista para integrarnos a un espacio menos comprometido con la patronal».
El gremio tomó una decisión «comprometida con los intereses y necesidades de los trabajadores de nuestro país, que necesitan de la unidad de todo el arco sindical».
Por eso los secretarios generales de todo el país acordaron «avanzar en un proceso de integración y trabajo conjunto entre todas las entidades que conforman el movimiento obrero de cara a los desafíos que se plantean en el futuro cercano, con una coincidencia medular que es la de impedir la vulneración de derechos básicos de los trabajadores de nuestro país».
En simultáneo las referencias desde Azopardo hablan de «planchar» el plan de lucha de la central que conduce Hugo Moyano. Los cegetistas opositores buscan acercar posiciones con los oficialistas y para eso saben que tienen que calmar el nivel de confrontación.
Las señales de ambos lados comienzan a multiplicarse. Veremos si deriva en paz o es la calma que antecede a la tormenta.