Luego de un día de paro total y una jornada de máxima tensión en las dos plantas procesadoras de soja de la multinacional Cargill ubicadas en el complejo agroindustrial de Rosario, el gremio levantó la medida y espera una reunión de mediación para reclamar por el fin de tercerizaciones.
Unos 400 obreros habían iniciado la huelga por tiempo indeterminado el lunes, en protesta por el uso de trabajadores no agremiados en las plantas de Cargill, que en conjunto tienen una molienda diaria de unas 12.000 toneladas de la oleaginosa.
Pero el Gobierno intervino en el conflicto el martes para convocar a una reunión de negociación entre los trabajadores y la firma, por lo que el gremio decidió suspender la medida de fuerza en las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Punta Alvear, en la zona de Rosario.
«Tenemos una audiencia el jueves al mediodía con (el jefe de Gabinete, Jorge) Capitanich. Así que hoy a la noche vamos a levantar la medida, para mostrar buena voluntad», afirmó Daniel Yofra, secretario adjunto del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario.
Argentina es el mayor exportador de harina y aceite de soja del mundo y el tercero del grano sin procesar, y en la zona de Rosario se encuentra el principal puerto agroexportador del país.
Un portavoz de Cargill no pudo ser inmediatamente localizado para realizar comentarios sobre la situación.
El 80% de los embarques al exterior de granos y derivados del país sudamericano salen de la región portuaria de Rosario.
Los aceiteros -alineados con Hugo Moyano- exigen la erradicación de las empresas contratistas y la posterior incorporación de los trabajadores al convenio 420/05, que regula la actividad, el cumplimiento de recategorización para 400 empleados y «blanqueamiento» de otros 50.
«Queremos que se termine con el sistema de precarizacion laboral de los tercerizados. Tratamos de negociar, hubo conciliación obligatoria y vencida esa instancia, iniciamos el plan de lucha porque así lo decidió la asamblea», detalló Ávalos.