Cuando parecía que el Hospital Centro Gallego de la ciudad de Buenos Aires comenzaba a encaminarse hacia la regularización de su funcionamiento, todo se desvaneció por la acción estatal. Es que tras años convulsionados, a través de la intervención de los trabajadores, el gremio y las autoridades, se había avanzado en un camino de solución pero la AFIP lo dinamitó.
El acuerdo gestionado por el sindicato de Sanidad disponía que durante seis meses el costo salarial de la institución sea soportado por fondos provenientes del Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Desarrollo Social, que el Pami reformule los contratos de prestación y que, con el Hospital en funcionamiento, una conducción profesional encuentre los equilibrios necesarios para poder brindarle a los socios un servicio de salud de calidad, que permita generar las condiciones para la normalización definitiva del Centro Gallego.
Cuando la coordinación de esfuerzos parecía avanzar hacia una solución definitiva, la AFIP dispuso un embargo sobre las cuentas de la institución por deudas fiscales que impide la implementación de los acuerdos alcanzados.
El Centro que perdió pacientes, cerró servicios, cambió la conducción en numerosas ocasiones y padeció las consecuencias de los antojadizos contratos firmados con el PAMI, al día de hoy adeuda parte del aguinaldo del mes de diciembre, parte del salario del mes de enero y la totalidad del salario del mes de febrero y marzo.
«El Estado muestra de este modo su rostro más inhumano, la descoordinación de las distintas dependencias del gobierno y la falta de centralidad en sus decisiones», sostuvieron desde el gremio de Sanidad que lidera Héctor Daer a través de un comunicado de prensa.
«Reclamamos a las autoridades del gobierno nacional, una solución urgente, coordinada y definitiva para el Centro Gallego», concluyeron desde ATSA.