Según un estudio realizado por la Universidad de San Martín, el mercado de trabajo mejoró a lo largo del año 2022 pero nada garantiza que esta tendencia se mantenga mientras «no se observan estrategias para abordar los problemas estructurales del proceso inflacionario». Otro punto observado es el protagonismo del trabajo precario, no registrado, en el empleo. Para cerrar, analizaron el aumento record de las negociaciones colectivas y lo relacionaron con la inflación pero también con el teletrabajo y la violencia en el trabajo.
La Universidad de San Martín (UnSaM) difundió los resultados de un estudio titulado «El Mercado de Trabajo en los comienzos de 2023» que hace un capítulo dedicado a la situación económica, otro al mundo del empleo y otro con un panorama sobre la negociación colectiva y el record de homologaciones de acuerdos que tuvo el año 2022.
El documento asegura que el final de 2022 mostró señales de estabilidad en el plano económico, a partir de iniciativas exitosas del Gobierno enmarcadas en lo que llaman «el Plan Massa», entre las que menciona al programa Precios Justos, la recomposición de reservas con mayor control de la demanda de dólares y un ajuste administrado. Estas decisiones se combinaron con una desaceleración de la economía, circunstancias que afectaron la oferta de alimentos frascos como carne, frutas y verduras y, finalmente, la moderación de la presión inflacionaria internacional.
Sin embargo, la sostenibilidad en el mediano plazo de esta trayectoria no se encuentra asegurada, toda vez que no se observan estrategias para abordar los problemas estructurales del proceso inflacionario: la puja distributiva, la fragilidad financiera y externa, y la indexación de los contratos.
En materia de empleo, el mercado de trabajo en el tercer trimestre de 2022 sostuvo una tendencia característica de la post-pandemia. Se verifica un proceso continuado de creación de puestos de trabajo, que redunda en un descenso de la tasa de desempleo. Sin embargo, el crecimiento de la población ocupada se explica principalmente por la expansión del empleo asalariado no registrado y del trabajo por cuenta propia. En el tercer trimestre de 2022 la tasa de empleo no registrado alcanzó el 37,4%, más de 4 puntos porcentuales en comparación con el año 2021.
Por otro lado, se observa un aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral luego de la pandemia. En el tercer trimestre de 2022, la tasa de empleo femenina superó el 47%, uno de los valores más elevados desde 2003.
La negociación colectiva en 2022 mostró una actividad intensa y alcanzó un récord de homologaciones. Esta situación obedece principalmente a que, en contextos inflacionarios como el actual, las negociaciones paritarias difícilmente se resuelven en un acuerdo anual, llevando a una mayor cantidad de acuerdos en un año. Adicionalmente, diversas actividades siguen sumando regulaciones específicas sobre teletrabajo y otras vienen abordando las problemáticas vinculadas a la violencia y el acoso en los lugares de trabajo.