Sin fecha definida para la próxima reunión del Consejo Directivo, la CGT atraviesa por un momento de malestar luego de que los dirigentes de la central quedaran marginados en las listas de las diferentes vertientes del peronismo, y también de cierto desconcierto ante la falta de consenso interno sobre los pasos a seguir en su relación con el Gobierno.
El miembro del triunvirato Juan Carlos Schmid deslizó la posibilidad de que esta semana se realice una reunión de Consejo Directivo, pero lo cierto es que fuentes de la central indicaron a la Agencia de Noticias NA que aún no había una fecha definida para ese encuentro de la plana mayor de la CGT.
El principal tema a abordar será el sabor amargo que dejó el encuentro del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil en el que la CGT, junto a las dos CTA, firmó en rechazo al ofrecimiento empresarial para llevar el haber mínimo hasta los 9.700 pesos en julio del próximo año, ante lo cual el Gobierno laudó y fijo la suba en 10.000 pesos.
Esta situación, sumada a la pérdida de puestos laborales y una economía que sigue sin reactivarse, viene profundizando el descontento de la CGT con el Gobierno, pero también se ve complicada la manera de consensuar una medida de fuerza entre los distintos sectores en los que la central está dividida.
La facción más «combativa» que encarna el moyanismo lanzó la primera piedra semanas atrás, al adelantar que buscará acordar con otros sectores sindicales (las CTA y la Corriente Federal que integran gremios cegetistas que decidieron quedar al margen de la conducción de la central) confluir en «una gran marcha» para reiterar su rechazo a las políticas del Gobierno, posiblemente a Plaza de Mayo, en julio.
Mientras tanto se alzan cada vez más voces para cuestionar la experiencia del triunvirato que dejó disconforme a todos los sectores. Aunque es difícil pensar en una salida a corto plazo, ya se empieza a hablar de distintas alternativas que cambien la relación de fuerzas en la central obrera para 2018.