(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) El flamante titular de la CATT y la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia, propuso dejar de lado diferencias y personalismos «para lograr acuerdos sobre 4 o 5 puntos decisivos» y recuperar al país. Enfatizó el aval de esa confederación para que Pablo Moyano corone en la CGT y remarcó la necesidad de autocrítica real en el sindicalismo. Confía que el Frente de Todos dará vuelta la derrota en las PASO. Paños fríos para la tensión con La Fraternidad de Omar Maturano y la UTA. Exaltó el rol de la mujer, y consideró burocrático el cupo femenino. Párrafo aparte sobre los dichos de Florencio Randazzo contra sindicatos y movimientos sociales: «Descarriló» fue su calificación.
Nació en San Cristóbal, provincia de Santa Fe, un pueblo a 180 kilómetros al Norte de la capital provincial. Sergio Adrián Sasia, titular de la Unión Ferroviaria (UF), referente del SEMUN y flamante secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) nos recibió el viernes feriado en la soledad de esa sede gremial. Preparó café para los visitantes periodísticos y el mate que lo acompañará en toda la charla. Tiene 54 años y exalta que es peronista desde el vientre materno, ya su mamá estuvo a punto de dar a luz en la unidad básica de esa localidad. Ella soñaba ser médica pero no pudo llegar, trabajó como enfermera y por estos tiempos a los 78 años es dirigente del PJ de San Cristóbal.
Su padre un ferroviario que padeció la dictadura cívico militar en cuanto a persecuciones y también el «ramal que para ramal que cierra» versión Carlos Saúl Menem. Esa pareja conservó los cuadros de Juan Perón y Evita debajo del colchón de la abuela en los tiempos donde la barbarie militar desangró al país. Uno de esos retratos le fue obsequiado a la familia por honrar la resistencia peronista. Sasia destaca con orgullo a sus hijos, el mayor Sergio «Chino», secretario general de la Juventud de la UF y Milton a cargo de la comunicación audiovisual del sindicato, los 3 son hinchas de Boca.
Y antes de la conversación a pleno sobre política y sindicalismo no exenta de ojos vidriosos y voz quebrada al recordar su infancia como el tono áspero ante definiciones gremiales calientes, hubo un rescate emotivo más: Miguel Omar Bacre es uno de sus colaboradores más cercanos y en la intimidad suele bromear que jugaba al fútbol mejor que Sasia, a punto tal de que le ganó el puesto en el equipo de la UF y el secretario general tuvo que recalar como arquero. Además de esa broma Miguel acotó: «Nobleza obliga, estoy orgulloso del crecimiento de Sergio. Es un dirigente con presente y un futuro sin techos, pero además él nunca olvida nuestras raíces».
Punto de partida emotivo para la charla mano a mano con InfoGremiales:
-Es una emoción grande escuchar eso, traspasa incluso lo que pueda tener que ver con el sindicalismo. Miguel fue el primer compañero ferroviario que conocí cuando llegué a Buenos Aires desde Santa Fe. El vínculo se transformó en amistad y él es una de las personas en las que más confío dentro de esta conducción. Porque está conmigo en las buenas y en las malas. Y mi agradecimiento no tiene que ver sólo con la labor que desarrolla, sino por la persona que es.
«Desde la CATT consideramos que la política estatal del Transporte es una de las discusiones que necesita la sociedad y con los compañeros de esa confederación nos planteamos el desafío de poner esa discusión en la agenda política permanente, no sólo para las elecciones»
Sergio Sasia
-Miguel destaca que en esta UF profesan un lema solidario de Cáritas: «Ayúdenos a ayudar»
-Eso tratamos, arranca desde los valores que uno pueda traer desde su familia. «Ayudar a ayudar» implica eso, tender brazos y manos solidarias para quienes lo necesitan. Y hablo de las bravas, en las otras es sencillo estar. El rol que tenemos los dirigentes sindicales es representar a los trabajadores y trabajadoras que confían en nosotros para defender sus derechos. Y la cuestión no pasa sólo por lo salarial. Tiene que ver con la atención de salud que merecen, los espacios para esparcimiento, el acceso legítimo a la educación y formación profesional. De ahí que en la UF apostamos con entusiasmo y particular acento a la formación. No hay secretos, la política y el sindicalismo deben transformar las cosas. Ahora para concretarlo, el primer paso es que el trabajador, las trabajadoras, tengan una vida digna.
-¿En gobiernos peronistas se presume más accesible tratar de alcanzar esos objetivos?
-Es que los gobiernos no peronistas no destacan en sus ejes principales al bienestar de la clase trabajadora. Entonces se hace necesaria una actitud más rígida por parte nuestra, no sólo para alcanzar nuevas conquistas sino también para conservar la que se lograron. En el gobierno de Mauricio Macri pretendieron cerrar el ramal del Urquiza Cargas. Nos opusimos y el tiempo demostró que no estábamos equivocados. Hoy el Urquiza Cargas transporta volúmenes que no se registraban desde hace 20 años. Ante los gobiernos de derecha, que ya sabemos a lo que apuntan, uno tiene que saber cómo maneja la capacidad de negociación y también la fortaleza a la hora del conflicto. Una UF fuerte, unida y representativa en todo el país se logró con esa convicción, apuntalando el desarrollo de nuestros trenes y a la familia ferroviaria.
-En el debate previo a las PASO y a las legislativas de noviembre, apareció la eliminación de las indemnizaciones por despidos como centro dela campaña electoral. ¿Esto lo sorprende?
-Lo que me sorprende es que sean tan sinceros, de última hasta es bueno. No es poca cosa que digan que vienen a quitarle los derechos a los trabajadores y trabajadoras. Porque también vienen por las indemnizaciones, las vacaciones y más. Cuando hablan de la flexibilización laboral la plantean no sólo como eje de campaña, dicen que si llegan al gobierno ésa será su tónica de gestión. Por eso en estas elecciones estarán en juego, con total claridad, dos modelos de país. Uno es el que endeudó a la Argentina, el que incrementó la desocupación, la pobreza y la indigencia. El otro es el que apunta al desarrollo, inversiones, producción, y a generar trabajo.
-¿Cuánto gravita en la valoración de ambos modelo, los errores no forzados del Gobierno?
-Más allá de los debates por las cosas que no se pudieron concretar todavía, hay una pandemia que atravesó a todo el mundo. Nadie la esperaba, nos condiciona todavía, y alteró algunos puntos el rumbo que había delineado el Gobierno Nacional. Ahora en cuanto a lo urgente e impostergable frente a la Crisis Covid se tomaron medidas sanitarias, económicas etc. Porque incluso gravitó y gravita para mal, obviamente, la gestión de Cambiemos. Porque no hace tanto tiempo que en Salud no había ministerio, sino una secretaría como sucedió en Trabajo, y ésa fue la importancia que les dieron a ambas áreas.
Confiamos que para el 14 de noviembre, incluyendo la militancia que tenemos que redoblar nosotros los dirigentes, como los argentinos y argentinas que estamos convencidos del modelo de país que queremos vamos a dar vuelta el resultado de las PASO
-Pese a todo lo que usted dice hay trabajadores que adhieren al país que sueña la derecha.
-Quizás falta una toma de conciencia en muchas cosas. Y queda en claro la necesidad de una autocrítica que corresponde a la dirigencia sindical. Quizás no hemos sido claros en transmitir, comunicar o concientizar qué representa cada modelo de país. Qué es una cosa y cuál la otra. Porque también nuestra obligación hace a que los trabajadores tengan conciencia y valoren lo que significa contar con un trabajo digno. Más allá de que corresponde ser respetuoso de cada pensamiento político nosotros debemos volver a la tarea de concientizar en las unidades básicas, a la formación y capacitación política sobre todo de los más jóvenes. Es una tarea que desarrollamos en la UF, algo tan directo como volver a las raíces del peronismo.
«Cuando uno habla desde un sindicato lo hace más allá de las diferencias. Uno trabaja para armonizar, en nuestro caso, la apuesta por el desarrollo ferroviario y lograr mejoras para los trabajadores y trabajadoras. ¿Alcanza con juntarnos? No.»
-Usted tras la derrota de Scioli en 2015 usted propició «volver a Perón».
-Hablé de un regreso a esas convicciones pero aggiornado a la actualidad, porque el mundo es diferente entre otros factores por el avance tecnológico. Pero esos factores no pueden ser obstáculos para un gobierno peronista y mucho menos para los representantes de los trabajadores y trabajadoras. Cuando hablo de aggionar incluyo los convenios colectivos de trabajo y esto no implica la flexibilización de los mismos o la pérdida de derechos. Todo lo contrario, hace a ser inteligentes para reconvertir algunas actividades o categorías que tiene el mundo del trabajo y transformar la dinámica hacia otros roles, siempre por la formación y capacitación de los trabajadores/as.
-¿El lema de la UF, Trabajo, Gestión y Pasión es una frase suya?
-Si. La idea nació en un momento difícil de este sindicato, buscábamos algo que mostrara fortaleza para la unidad después de todo lo que nos había pasado y lo que nos proponemos hacia adelante. Por eso están los brazos fuertes sosteniendo los rieles en las manos. Resumen de Trabajo: Para sostener una organización casi centenaria como esta, y lo que dignifica el desarrollo de un país. Gestión: Porque sin ella no se pueden alcanzar los objetivos que se trazan. Y Pasión: Ya que la actividad que nos convoca, sin pasión, no la podemos hacer.
-Del Sasia que llegó desde Santa Fe a hoy, ¿alguna vez lo encandilaron las luces de la Capital?
-La verdad que no, siempre traté y trato de tomar las cosas, ya sean buenas como o malas, con naturalidad. En los 90′ vivimos momentos tristísimos, para 1992 ya estaba en Buenos Aires y estudiaba ingeniería en sistemas, estoy hablando de una época donde recién llegaban las primeras PC. Era el único trabajador que desarrollaba sistemas informáticos en el Ferrocarril Belgrano y me ofrecieron venir a la Capital. Lo tomé como un desafío, me encantan los desafíos (risas). Llegó la reforma del Estado, incluido el achicamiento del sistema ferroviario…
-De la mano del ex Presidente Carlos Menem: «Ramal que para, ramal que cierra».
-Llorábamos con mi viejo, mis tíos y amigos cuando les llegaban los telegramas de despido. Y allí fue que, sin elecciones, se juntaron mis compañeras y compañeros dentro de un sindicato bastante ausente para que yo los representara sin el cargo de delegado. Luego comenzó la carrera formal dentro de la UF, hasta ser el secretario general de esta Unión. Algo que nunca había soñado siquiera.
-Y ahora al frente de la CATT. ¿Cuándo lo proclamaron pensó en ese recorrido?
-(Silencio y pausa) Son desafíos muy grandes y uno los asume cuando ve la posibilidad de transformar cosas. Cuando se empezaron a tender puentes para la unidad en la CATT, pensé que era un camino para concretar el sistema de transporte que necesita el país, en todos sus aspectos. Hablo de optimizar la logística como tantos otras cuestiones pero para apostar al desarrollo argentino que queremos. Soy un agradecido por haber sido electo para esta responsabilidad, pero como lo decimos en la UF «uno puede ser el que conduce pero acá el trabajo necesario es de conjunto». Es la única forma de alcanzar objetivos, de otra forma es imposible.
-El gran dilema argentino, no sólo sindical: Priorizar lo colectivo y superar los egos.
-Te puedo decir que si todos desarrollamos el compromiso asumido para conformar esta lista de unidad en la CATT no es imposible. Porque hubo autocrítica, se dejaron personalismos de lado, se dejaron egos de lado y se pensó en un proyecto de transporte para mejorar la calidad de vida de los argentinos/as. Cuando me tocó hablar en ese Congreso cerré diciendo: «¡Manos a la obra compañeros y compañeras porque hay mucho por hacer y transformar!»
-En esa unidad no está La Fraternidad ni la UTA. ¿En el caso de los maquinistas de Omar Maturano lo impactó a nivel personal? Porque traccionaron mucho juntos y no solo ante el gobierno de Macri. ¿Hay puertas abiertas todavía para que esas organizaciones se sumen?
-Para lograr la unidad en una confederación de tamaña importancia como la CATT, hubo que buscar un factor convocante y superior a las personas. Eso implicó dejar las cuestiones personales de lado y apostar a la responsabilidad que tenemos en conjunto. Es lo que se hizo ante el desafío de concretar un sistema nacional de Transportes como el país necesita. Todos y todas fueron convocados. Algunos compañeros como los que vos nombrás decidieron no formar parte, pero las puertas están abiertas. Ellos saben qué se habló y cuál es el proyecto. No dudo de que si apelan a la responsabilidad que debemos tener comprendan que la unidad es el camino. Hasta el momento no se han retirado sindicatos de la CATT, que no hayan participado del congreso no significa que se hayan ido. Incluso hay organizaciones que no lograron una secretaría pero formarán parte de nuestras mesas técnicas: Todos y todas, es nuestro compromiso.
«Sorprende que sean tan sinceros y de última hasta es bueno. No es poca cosa que digan que van a quitarle los derechos a los trabajadores y trabajadoras. Porque vienen por las indemnizaciones, las vacaciones y más»
-En este ciclo de entrevistas de InfoGremiales solemos preguntar sobre una reflexión que nos dijo Raúl Alfonsín. La misma versa sobre que en política, incluido el sindicalismo, el menú incluye la ingesta de sapos en modo inevitable. ¿Comparte esa idea?
-(Sonrisas) Sí, totalmente, ponele el nombre que quieras…
-Bueno, Pablo Moyano nos habló de dinosaurios…
-Mirá, soy un convencido de que uno puede tener diferencias con cualquier dirigente, sean políticas de pensamiento o las que fueren. Ahora sucede que hay algo superior que nos convoca y es la responsabilidad que tenemos para nuestra gestión. En un sindicato más allá de las diferencias uno trabaja para armonizar, en nuestro caso, la apuesta por el desarrollo ferroviario y lograr mejoras para los trabajadores y trabajadoras. ¿Alcanza con juntarnos? No. En la CATT o la CGT, tampoco. Lo que sirve es debatir y lograr acuerdo en 4 o 5 puntos, dejando de lado nuestras diferencias y priorizando coincidencias. Estamos en un país que necesita ponerse de pie y en el cual el Movimiento Obrero debe ser protagonista. Siempre nos quejamos que la política nos traza la agenda, y entonces pregunto: ¿Qué agenda tenemos como Movimiento Obrero? Si queremos ser escuchados tenemos que lograr esos acuerdos básicos y expresar qué pensamos y qué propuestas tenemos.
Te resumo algunos temas: Mejorar la industria nacional, la logística, la educación, la problemática de la energía o lo que fuere. No tenemos excusas para dejar de afrontarlo.
¿Tragarnos algún sapo? Bueno siempre nos va a pasar, pero no lo tomo así. Hay que juntarse en una oficina, de 4 x 4 o más grande, depende de cuantas personas se trate. Decirnos las cosas que nos tenemos que decir, hacer la autocrítica que corresponde y pensar que los trabajadores y trabajadoras lo que esperan de nosotros es su representación genuina.
Hoy se generaliza todo, y esto que te digo es muy mío, por eso venimos perdiendo la batalla cultural en el sindicalismo (enfatiza el tono de voz). La única manera para ganar esa batalla cultural es que ante la sociedad o parte de ella, e incluyo los medios de comunicación, el sindicalismo tenga a la vista sus propuestas, fundamentadas en hechos concretos para el desarrollo del país. Estamos en eso y ojalá lo logremos, porque siempre depende de nosotros.
-Suena loable, no asoma sencillo.
-Siempre le echamos la culpa a la política. Decimos: «¡No nos tuvieron en cuenta para la conformación de las listas que van a competir en las elecciones!» Pero mientras tanto nosotros no tenemos la fortaleza de estar unidos para sentarnos en la mesa del PJ o del Frente de Todos y decirles: «Acá estamos, queremos tener la voz de los trabajadores y trabajadoras en el Congreso y tenemos esto para proponer». Bueno, entonces arreglemos internamente nuestra casa primero y vamos a alcanzar los objetivos con mayor celeridad. Incluso por ese camino podremos recrear nuestro brazo político, que en algún momento fueron las 62 Organizaciones Peronistas o el estamento que sea, pero primero arreglemos nuestra casa y ojalá lo podamos hacer en el Congreso de la CGT el 11 de noviembre.
-Ponga su mano sobre el corazón. ¿Escucharlo a Florencio Randazzo denostando al sindicalismo y los movimientos sociales lo hace pensar que fue un sapo del menú por la buena relación que supieron tener?
-Sí, para quien supo ser un ministro de Transporte de buena gestión bajo la presidencia de Cristina y ante el desagrado de escucharlo hoy, diría en términos ferroviarios que descarriló.
-¿El máster de formadores sociolaborales que hizo usted en España (Universidad de Alcalá), lo persuadió sobre la necesidad de formación y capacitación en la Argentina?
-Me enseñó muchísimo esa posibilidad que se me brindó. Porque ese master estaba trazado para los trabajadores y trabajadoras en actividad, pero también para formar a los que van a llegar…
«Confiamos que para el 14 de noviembre, incluyendo la militancia que tenemos que redoblar nosotros los dirigentes, junto a los argentinos y argentinas que estamos convencidos del modelo de país que queremos, vamos a dar vuelta el resultado de las PASO»
-¿Incluso ver «en vivo» los ferrocarriles de los países europeos con todo lo que implica? Algo que parece un sueño inalcanzable en este país.
-No descubro nada si digo que en esas naciones el ferrocarril cumple un rol fundamental. Son la columna vertebral del sistema del transporte. Trenes de cargas que transportan camiones en largas distancias y esos camiones que completan recorridos más cortos donde no llega la red ferroviaria. Para los servicios de pasajeros hay trenes muy modernos. Es un sueño que nuestro país pueda contar con eso, y es difícil pensarlo hoy. ¿Si los necesitamos? Pero claro que sí. Sucede que sin políticas de Estado que superen el lapso de cada gobierno en el poder, con inversiones concretas a no menos de 20 años, es imposible llegar al modelo europeo.
-¿Hace falta un «paso a paso» pero sin finales abruptos en las políticas de Estado?
-Hay que ir de a poco. Lo que necesita la Argentina es una ley federal de Transportes. Inversiones claras en el sistema ferroviario, una mirada global y federal del país. El tren tiene que ser una columna vertebral articulada con los transportes terrestres, marítimos, aéreos, fluviales y los puertos. No es teoría, son los desafíos que asumimos para trabajar en la CATT. Eso requiere inversiones, planificación y decisión política. Es lo que estamos hablando con el Gobierno porque si un debate le falta al país es qué modelo de Transporte necesitamos. Quizás alguna vez se dice algo en campañas electorales, en forma aislada, de ocasión.
Lo discutí muchísimo con el gobierno de Macri, respecto a que si la manta de inversiones queda corta el Estado no alcanza a hacer efectivo el desarrollo integral. Entonces se marcan prioridades, y si bien es maravilloso ir a Retiro o Plaza Constitución y ver cómo están mejoradas a pocos metros se aprecia la inversión que falta en los cambios de vías, señalamientos, sistemas de seguridad, entre otros. Eso es lo realmente prioritario, pero claro son obras que no se ven. Se privilegió lo que sí quedaba a la vista por las campañas de elecciones. Y consideremos que la mayor cantidad de vías que urge cambiar atraviesan campos, es decir no ven…
-¿Qué sucede por estos días?
-Este Gobierno está haciendo lo contrario, y lo demuestra con inversiones donde se necesitan como en el sistema ferroviario de cargas, insisto no se ven, pero se hacen. Cambios de rieles, durmientes, mejoramientos en las vías y otras tareas, cuyos beneficios sí quedan a las claras en datos duros. Porque en parte gracias a esas mejoras en infraestructura, Trenes Argentinos Cargas (TAC) marca récord tras récord de volumen transportado. Incluso superando a otros concesionarios como nunca había sucedido. Y no finalizan ahí las posibilidades de desarrollo, porque con inversión en tecnología y en los talleres ferroviarios se pueden generar pare de los puestos de trabajo que le urgen a nuestro país y estamos hablando siempre de industria nacional. Pasando también por la sustitución de importaciones que se está activando en ferrocarriles y la interacción con sectores de metalmecánica y otros. No es una utopía, se trabaja en eso y se avanza. Y queda a las claras que lo que venimos sosteniendo hace años y es posible.
Desde la CATT consideramos que la política estatal del Transporte es una las discusiones que necesita la sociedad y con los compañeros de esa confederación nos planteamos el desafío de poner esa discusión en la agenda política permanente, no sólo para las elecciones. La necesidad de concretar un sistema de transporte a la altura de lo que necesita la Argentina.
-En Trenes Argentinos Cargas hay un hombre de la UF, Daniel Vispo, trabajando con otros que pertenecen a diferentes sindicatos. No es casual.
-Vispo es un compañero, un profesional y un trabajador. Durante 30 años pasó por diferentes áreas del ferrocarril. Su capacidad de trabajo enorme la está demostrando con el equipo que formó en TAC. Hay cargos políticos y también otros donde por formación profesional se debe cumplir un rol estratégico como el de transporte ferroviario. Porque los trabajadores son los que conocen y pueden generar los mejores logros allí. El Gobierno creó mesas técnicas para desarrollar proyectos y ahí no pueden faltar los trabajadores para potenciarlos.
-¿Qué vislumbra de la nueva CGT que llegará a partir del 11 de noviembre?
-Ojalá podamos materializar la unidad. En la CATT expresamos como imprescindible que un hombre de nuestra confederación debe estar en la próxima conducción y se trata de Pablo Moyano. Nadie puede dudar o negar las luchas que él afrontó en tiempos recientes y difíciles. Para lograr una CGT con fortaleza para gestionar o salir a la lucha en el caso de ser necesario. Y para ampliar el concepto me remito a planteos de hace algunos años. Cuando algunos preguntaban sobre la preferencia por una CGT «dialoguista» o «combativa». Yo quiero una CGT fuerte, que otorgue prioridad al diálogo por sobre todas las cosas para alcanzar objetivos. El mejor paro es el que no se realiza, porque significa que se logró el objetivo, ahora con una CGT fuerte para que cuando haya que luchar por los derechos de los trabajadores y trabajadoras esté a altura de las circunstancias. Porque ya lo dijo el General Perón, «los extremos no sirven». Necesitamos un programa concreto, la participación de los sectores todavía dispersos que forman parte del Movimiento Obrero y por supuesto de la mujer en el futuro Consejo Directivo que tendrá que ser amplio, participativo y pluralista. Pero atención, hablamos de las mujeres como protagonistas, porque es legítimo por donde se mire.
«Cuando hablo de aggionar incluyo los convenios colectivos de trabajo y esto no implica la flexibilización de los mismos o la pérdida de derechos. Todo lo contrario»
-Reitero, suena loable, no asoma sencillo.
-¿Por qué? En la CATT lo hicimos, ellas vienen trabajando por y desde todos los sectores. Acá mismo en la UF no se tiene en cuenta el cupo femenino. Se pondera la representación de todas nuestras compañeras, incluso hay cuerpos de delegados y delegadas donde existe la misma cantidad de hombres y mujeres, como otros donde son mayoría las compañeras. No se trata de género, es gestión, en nuestro sindicato hay mujeres que integran el secretariado nacional y cumplen un rol fundamental en el ámbito internacional lo cual es un orgullo. Remarco no se trata del cupo o de una foto es algo más trascendental el rol de la mujer.
-En base a todo lo que nos dijo, sobre egos, personalismos, objetivos, acuerdos mínimos, le pregunto: ¿Cree que hay tiempo de rescatar y consolidar al Frente de Todos. No sólo rumbo a las elecciones legislativas sino pensando en lo que le resta de mandato a Alberto Fernández?
-Estoy convencido que sí. Están en juego dos modelos de país, vuelvo a decir, uno lo padecimos de 2015 a 2019. Y otro que propone consolidar el trabajo, el desarrollo y la producción. Luego de las PASO el Gobierno tomó nota y lo está demostrando desde su gestión. Hay políticas y acciones para los sectores más vulnerables como también a los productivos. Es necesario la toma de conciencia por la militancia, estar codo a codo con los trabajadores y trabajadoras, nuestros jubilados y jubiladas y con claridad respecto a lo que necesita la Argentina. Todos y todas sabemos que padecimos y padecemos dos pandemias, no una. La que nos provocó el gobierno de Macri y sin pausa llegó desde 2020 la emergencia Covid.
A pesar de todo lo que describo se están negociando paritarias, se reactiva en parte la industria y otras actividades. Corresponde generar empleo genuino, una búsqueda que el Gobierno debe concretar junto al Movimiento Obrero. Incluyo el reemplazar los planes sociales por trabajo registrado. Esto es tener una agenda y el Gobierno la tiene y trabaja en consecuencia. Para el 14 de noviembre soy optimista, pero mucho más en cuanto a lo que se va a ir concretando lo que necesita la Argentina para ponerse de pie, sin dejar de considerar la deuda impagable que dejó la gestión de Mauricio Macri.