Una confusa situación se vive en El Rápido Argentino. Los cientos de empleados de la firma de transporte de larga distancia pasan momentos de preocupación y temen por su futuro laboral. Desde la semana pasada las actividades están paralizadas, miles de pasajeros varados en todo el país y no hay certezas de cuando se reiniciarán los traslados y cómo.
Consultado sobre el tema Roberto Fernández, titular de la UTA precisó que desde el sindicato efectuaron “cualquier cantidad de denuncias contra esta empresa que pertenece al Grupo Plaza, no sólo por el estado de las unidades y los talleres, ya que el 70 por ciento de los micros son alquilados”.
Fernández denunció que “el Rápido Argentino está en venta y quién está interesado en comprarla es la firma ’20 de septiembre’, que es la que les alquila los micros, pero les interesa los ramales nacionales y no los de la provincia de Buenos Aires”.
En ese sentido, explicó que “’20 de septiembre’ quiere los ramales Retiro-La Plata; Mendoza, Córdoba, Puerto Iguazú-Retiro; La Plata-Necochea y los de la costa de Mar del Plata y para nosotros la venta del Rápido Argentino debe ser total, porque si no peligran las fuentes laborales de 150 choferes”.
Además la oferta de compra dejaría en la calle al resto del personal de compañia, desde administrativos hasta boleteros, por lo que la preocupación es absoluta.
Ante la paralización de los servicios, la UTA informó un paro sorpresivo de los choferes por falta de cobro de su salario, algo que los mismos choferes negaron. Consultados por InfoGremiales explicaron que cobraron su sueldo en tiempo y forma y que en realidad se encontraron los portones de las cabeceras cerradas por lo que se trata de un lock out patronal.
Adempas, los choferes señalan que la empresa que quiere adquirir las rutas de El Rápido Argentino es la «20 de junio» y no la 20 de septiembre, como difunden desde el gremio. El viernes y el lunes hubo negociaciones para tratar de buscar una salida consensuada en el Ministerio de Trabajo, pero fueron infructíferas. Volverán a juntarse el miércoles y hasta entonces, al menos, seguirá sin haber servicio.
Para agravar la situación, desde el viernes comenzaron a llegar cartas documento a los choferes para que retomen sus tareas intimándolos con la amenaza de despido. La situación es absurda porque los trabajadores esperan hacer sus viajes en los portones de las cabeceras que la propia firma cerró.
La preocupación, entonces, pasa por el temor de que se trate de una maniobra para achicar personal antes de hacer la venta de la empresa a la firma que quiere sólo los destinos más rentables y con menos empleos.