Luego de una nueva e infructuosa audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde la conducción de la Radio ratificó una propuesta que ya había sido rechazada, la asamblea de Nacional Buenos Aires resolvió sostener la medida de fuerza iniciada a las 15 horas del 10 de agosto hasta las 24 horas del miércoles 12.
“La intransigencia de la patronal -que no aceptó las contrapropuestas expresadas por la parte sindical- motivó el rechazo absoluto de los trabajadores que, luego de un rico intercambio de opiniones, decidieron legal y legítimamente extender el paro”, expresaron los empleados en un comunicado.
Los trabajadores además se quejaron por “las amenazas encubiertas de la patronal”, en una radio dirigida por la histórica periodista María Seoane, quien trabajó durante muchos años en Clarín.
Los trabajadores de Radio Nacional exigen: “el cese del fraude laboral al que se ven sometidos más de un centenar de trabajadores y la negociación de un aumento que contemple el costo de vida y no discrimine a los compañeros contratados irregularmente”.
Los trabajadores de Radio Nacional no tienen una paritaria específica, sino una mezcla de un viejo convenio de Correos y Telégrafos mezclado con otros convenios superpuestos (locutores, periodistas, operadores de radio, jerárquicos) y donde la pauta general es la que viene de UPCN. Este año los “beneficios” extras, es decir, por fuera de aumentos salariales nominales, no alcanzaron al personal transitorio (o sea, a los que desarrollan hace uno o varios años la misma tarea que los de planta permanente pero que no fueron efectivizados, y en la jerga radial se los llama “suplentes”), con lo cual la asamblea paró la negociación, y votó que los beneficios que se pacten fueran para todos.
De los aproximadamente 1200 trabajadores de Radio Nacional a lo largo del país, casi la mitad son “suplentes”, “transitorios” o “contratados”, es decir, en mayor o menor medida, trabajadores precarizados. En Radio Nacional Buenos Aires, LRA1, son un 30% de trabajadores en estas condiciones.