En el acto en el que la cúpula de la CGT, el pasado sábado en Luján, formalizó su respaldo a la precandidatura a gobernador de Julián Dominguez se notó que el núcleo duro de la central obrera todavía tiene dudas sobre los hombres elegidos para continuar con el proyecto.
Esta realidad, que se palpa en las declaraciones públicas de los gremialistas, quedó en evidencia cuando Ricardo Pignanelli recordó, ante el auditorio lleno, que «nuestro candidato es Daniel Scioli» y el lugar se partió a la mitad. Mientras que una porción aplaudía cerradamente, la otra prefirió el silencio.
La salida de Sergio Uribarri de la competencia presidencial le liberó el camino al ex motonauta para llevarse los respaldos gremiales de la CGT que lidera Antonio Caló. Sin embargo las vacilaciones son claras.
Por ahora muchos prefieren la desconfianza en silencio porque no aparece en el horizonte otro candidato en quien poner expectativas. Con Florencio Randazzo que no termina de permear en el mundo sindical, todo indica que se mantendrán al lado del gobernador de Buenos Aires.
Algo similar ocurre en el territorio bonaerense. Es que tampoco Dominguez termina de convencer a todos y algunos ya cruzan llamadas al entorno de Anibal Fernandez para testear que chances tienen por esos lares.