Subejecución presupuestaria, parálisis, falta de federalismo, desguace: «Los daños a nuestro patrimonio cultural serán vistos a largo plazo»

ATE Cultura realizó un informe a siete meses de la llegada del secretario Leonardo Cifelli al Gobierno de La Libertad Avanza. Denunciaron subejecución presupuestaria, parálisis de las tareas cotidianas, falta de federalismo, el desguace de organismos «son algunos de los rasgos de esta administración que sólo propone una cultura para pocos, muy pocos», expresaron.

La planta de trabajadores representados en ATE de la Secretaría de Cultura de la Nación que ahora está a cargo de Leonardo Cifelli hizo un balance de los siete meses de gestión, a la que califican de «casi nula» porque está «sólo sostenida por el esfuerzo de sus trabajadores y trabajadoras».

«A más de 7 meses desde su inicio, Milei-Pettovello-Cifelli sólo ejecutaron el 37,7% del presupuesto vigente, cuando hasta esa altura debería ser del 59%. El desglose es aún más preocupante. Un inciso clave como el de “fomento, promoción y apoyo a la cultura” apenas alcanzó el 1% de ejecución, según datos del propio gobierno (https://www.presupuestoabierto.gob.ar/sici/)», expusieron.

El área de Cultura es uno de los sectores más golpeados por la motosierra de Javier Milei en la administración pública. Se despidieron trabajadores y vaciaron políticas públicas de todo tipo. En las dos tandas de despidos masivos de diciembre y enero ya cuentan 248 puestos de trabajo destruidos.

Desde el gremio, en un informe firmado por los secretarios generales de ATE Cultura Nicolás Rodríguez Saa, Valentina Viglieca y Daniel Mapelli aseguran que esto afectó el funcionamiento de «programas de alcance federal y dirigidos a poblaciones vulnerables«. Entre estos enumeran a Latte Cultura, Puntos de Cultura, Festivales Argentinos, Juegos Culturales Evita, Orquestas Infantiles, Casa de la Cultura de Barracas, Espacio Nacional del Tango, Formar Cultura, Mercados de Industrias Culturales Argentino (MICA) o áreas que se encargan de la protección de monumentos, asistencia técnica federal, derechos humanos, comercialización de artesanías y a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).

Además especificaron que «la Subsecretaría de Promoción Cultural y Artística encabezó con el mayor número de despidos, afectando seriamente la capacidad de intervención del Estado en el territorio».

Pero el ajuste no pasa solamente por la falta de recursos, desde el gremio señalaron que el amontonamiento de funciones en el megaministerio de Capital Humano, generó aún más obstáculos. «La falta de presupuesto más la inusitada burocracia generada por no tener administración propia, además de las constantes renuncias de funcionarios y sobre todo, la falta de un organigrama definido de subsecretario para abajo han bloqueado la gestión cultural pública. Lisa y llanamente, hasta antes de las vacaciones de invierno, no hubo gestión en la Secretaría con la excepción de la apertura de los Museos y la exhibición de su propio patrimonio».

El Instituto del Cine (INCAA) tiene su propia caja de resonancia en los medios gracias a que los principales artistas de cine, televisión y reconocidos productores reclaman por él, sin embargo ni aún así el Gobierno reflexiona sobre sus decisiones. Desde ATE Cultura consideraron que el INCAA «debe ser tomado como un caso testigo del propósito de esta nefasta gestión: su desguace responde a una política integral de destrucción del fomento de una industria como la cinematográfica, reconocida mundialmente y que generaba miles de puestos de trabajo. Con la desregulación total promovida por Federico Sturzenegger, incluso se ha derogado la cuota de pantalla nacional, dando un golpe de gracia a nuestro cine en favor de las producciones extranjeras».

Otro aspecto sobresaliente en forma negativa de la actual gestión radica en el achicamiento del alcance de la Cultura. Así especificaron que en 2023, solamente en los los programas cerrados (Latte, apoyos federales y Festivales Argentinos) con más de 300 actividades en las provincias, los disfrutaron alrededor de 7 millones de personas. Ahora, en cambio, la decisión estaría en gestionar cultura «solo para la ciudad de Buenos Aires (CABA), el distrito más rico del país, quedó también en evidencia al echar o trasladar a la mitad de las y los trabajadores del área de pasajes de la ahora Secretaría, argumentando que no habría gestión en el resto de los distritos federales».

Se perdieron las posibilidad de contratar a artistas invitados y «desde hace más dos meses se le debe el salario a 40 trabajadores/as precarizados del área, entre los que se encuentran algunos de los directores de esos elencos».

Otro punto de desguace radica en el abandono a monumentos y bienes históricos. Según ATE, «la Comisión de Monumentos debería atender a la totalidad del país y hoy no puede visitar siquiera los
monumentos en el AMBA por la falta de viáticos para sus técnicos. A lo que se suma la suspensión de obras públicas para evitar que se derrumben edificios históricos. Al haberse cedido la sede histórica del organismo en el anterior gobierno, también está en riesgo su patrimonio bibliográfico y documental.

La caja chica de los 25 museos nacionales no existe más. Con ese dinero se cubrían necesidades básicas como «papel higiénico para el público y el personal, tornillos y clavos para mantenimiento, tinta para imprimir y papelería en general, agua en los dispensers o, incluso, el servicio de internet».

«La situación de Tecnópolis es preocupante de por sí. Aunque no tuvo despidos, la decisión repentina de la Secretaría de Cultura de suspender la programación de vacaciones de invierno por primera vez desde que se creó prendió una alerta. En su lugar, solo se puede acceder a actividades organizadas por empresas privadas que además son excesivamente costosas para el bolsillo del público habitual de este querido parque. Luego de varias renuncias, Tecnópolis sigue hasta hoy sin autoridades designadas, cuidado sólo por sus trabajadores/as».

El informe sigue relatando la situación de múltiples organismos y bibliotecas, prácticamente abandonados, en todo el país. La anulación de becas para el desarrollo y apoyo a artistas y obras. Todo despreciado, incluidos los trabajadores y trabajadoras. «Todo este cuadro, junto con paritarias a la baja, el recorte de horas extras y el estancamiento de la carrera, hacen que renuncien decenas de trabajadoras/es calificados por mes en la Secretaría de Cultura».

«Los daños a nuestro patrimonio cultural serán vistos a largo plazo y acompañarán la lamentable regresión en materia distributiva que ha encarado este gobierno, cuyo único fin es poner de rodillas a nuestra nación, empobrecer a la población y garantizar la extracción de nuestros recursos naturales. Y todo esto, en nombre de una libertad que paradójicamente nos empuja a un sometimiento inusitado, intentando regresar un siglo de adquisición y avances de derechos laborales, sociales y culturales», advirtieron.