En enero de 2012, cuando el subte pasó a manos de la Ciudad, el viaje costaba 1,10 pesos, un 409,1% menos que el precio que tendrá a partir de hoy.
Sin embargo, las sucesivas subas no se tradujeron en un mejor servicio, sólo sirivieron para expulsar usuarios que no pueden afrontar esos costos y deben buscar alternativas más económicas.
“Este aumento es para que viaje menos gente, el objetivo es sacar a un sector que viaja en el subte, para que el que quede pueda viajar más cómoda», denunció ante Infogremiales Roberto Pianelliel, líder de los Metrodelegados enrolados en la CTA de Hugo Yasky.
Los dichos de Pianelli coinciden con datos oficiales del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano (CEDEM) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Apenas se hizo cargo del subte, en enero de 2012, el gobierno de Mauricio Macri subió el precio de la tarifa un 127%: de 1,10 pesos a 2,50.
A lo largo del ese mismo año, la venta de boletos bajó un 21,9%. Mientras que en los años anteriores, crecía la cantidad de usuarios: un 5% en 2011 (310.621 boletos) y un 1,8% en 2010 (295.739). Y en el tercer trimestre del 2012, la baja en la cantidad de usuarios fue del 30,4%.
Además, Pianelli denunció que desde 2012 a la fecha disminuyó la cantidad de formaciones y aumentó la frecuencia con la que pasan los subtes en todas las líneas.
Según la información de los Metrodelegados -formalmente agrupados en la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro, y enemigos internos de la cegetista Unión Tranviaria Automotor (UTA)-, la línea A tenía 22 formaciones, 275 viajes y una frecuencia de 2′ 56» en 2012. Y ahora cuenta con 17 formaciones, 225 viajes y la frecuencia es de 3′ 28».
En la Linea B ocurre lo mismo: 21 formaciones, 280 viajes, una frecuencia de 2′ 56», contra 24 formaciones, 275 viajes y una frecuencia de 3’09» en la actualidad.
La C tenía 13 formaciones, 280 viajes y una frecuencia de 2′ 54», y se redujo a 11 formaciones, 261 viajes y una frecuencia de 3′ 33». Por último, la D pasó de 25 formaciones, 315 viajes y una frecuencia de 2′ 48», a 21 formaciones, 295 viajes y una frecuencia de 3′ 06».
Por otro lado, todavía existen muchas dudas sobre el reciente aumento macrista. Según anunció el gobierno porteño, el boleto con la tarjeta SUBE costará $ 4,50 para los primeros veinte viajes; $ 3,60 para los siguientes diez; $ 3,15 para otros diez siguientes, y $ 2,70 a partir del viaje 41.
Lo que no fue aclarado es si se va a permitir el uso colectivo de una SUBE en la misma estación: por ejemplo, si alguien paga los cuatro viajes de sus compañeros de trabajo, su tarjeta accedería más rápido a las escalas del subte con descuento.
Incluso ese servicio se podría ofrecer informalmente en la estación. Como sea, el subte aumentó en 2 años un 409% y sigue expulsando usuarios hacia transportes más baratos, como el colectivo, cuya tarifa mínima es de 2,50$.