Se trata de Clara Busso, periodista financiera de Telefé Viacom de Córdoba durante unos cuatro años. Por su condición de trabajadora precarizada renovaba contratos desde 2016, la despidieron por estar embarazada y en plena pandemia.
El 1 de abril de 2020 Clara Busso se dispuso a trabajar remoto por estar embarazada y ser grupo de riesgo. Sin previo aviso ni motivo aparente se encontró con que la empresa la había bloqueado de todos sus accesos virtuales.
Supuso que se trataba de un error pero por chat le aclararon que estaba despedida como «una lógica consecuencia de la finalización de su contrato». Pero sus contratos finalizaban cada 3 meses desde 2016 por lo que no se trataba de una «lógica consecuencia» sino de una desvinculación sorpresiva fundada en cuestiones de género.
Clara Busso relató a El Resaltador que no se trató de «falta de trabajo» tampoco. Un comunicador que había sido contratado exclusivamente durante el verano para cubrir las vacaciones, quedó cumpliendo las funciones que ella realizaba.
“La única diferencia entre esta y las anteriores veces que se venció el contrato fue mi embarazo, pero nadie quiso hacerse cargo de decirlo en voz alta, y por eso simplemente lo dejaron correr hasta que se me bloqueó el acceso virtual”, remarcó.
La periodista aseguró al mismo medio que su caso con Telefé no es aislado, que ya hubo este tipo de despidos-castigo para trabajadoras embarazadas pero que nadie lo denuncia porque todas temen ser estigmatizadas como conflictivas y no cómo víctimas de un despido discriminatorio, en un círculo cerrado de medios.
Según la Investigación sobre organizaciones de medios y género realizada por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps) con apoyo de la Fundación Heinrich Boll. que recoge los resultados de 50 entrevistas realizadas a directivas/os de medios, dirigentes sindicales, directoras/es de carreras de comunicación, trabajadoras y trabajadores de medios y especialistas en el tema de Córdoba y Buenos Aires, en base a los Indicadores de Género de UNESCO, durante el año 2017:
Las empresas de medios no disponen de políticas para equilibrar las estructurales desigualdades de género:
– Ninguna empresa dispone de Oficina o Área de Género.
– Tampoco de un sector específico para la resolución de problemas de violencia de género y/o acoso y abuso laboral y sexual.
– Se responsabiliza a las mujeres por las tareas de cuidado (programas específicos para facilitar la crianza por parte de las mujeres y limitaciones para que los varones hagan uso del derecho, por ejemplo, a guarderías infantiles).
La inserción de las mujeres en el sector de comunicación podría resumirse en la frase “muchas estudian, menos trabajan y muchas menos se sindicalizan”:
– El 64% de las personas que estudian comunicación son mujeres.
– El 30% de las personas que trabajan en empresas periodísticas son mujeres.
– El 24% de las personas afiliadas a sindicatos de prensa son mujeres.