Tras 21 días de huelga, Aceiteros y Recibidores de Granos firmaron paritarias y levantaron la medida de fuerza que detuvo el ingreso de divisas del país. Consiguieron el salario que pedían, acorde con la medición del Salario Mínimo Vital y Móvil. Desde enero el inicial estará arriba de los 93.600 pesos. Rol clave de Moroni.
Luego de sostener 21 días de paro ininterrumpidos, la Federación Aceitera (FTCIODyARA) y el gremio de la actividad de Puerto San Lorenzo (SOEA) cerraron esta noche con las cámaras empresarias acuerdos beneficiosos para los trabajadores del sector, quienes fueron protagonistas de la medida de fuerza.
El acuerdo también contemplará a la Unión de Recibidores de Granos y Anexos (Urgara), que no participó en las negociaciones, pero fue representada por las dos entidades aceiteras, ya que debe rubricar un acuerdo propio con una cámara patronal paralela, la de Puertos Comerciales.
Daniel Yofra, titular de la Federación, aseguró esta noche que «se obtuvo la victoria a partir de la conciencia del valor de la fuerza de cada trabajador de cada planta y sector», y añadió que los operarios, en unidad, lograron finalmente vencer «la prepotencia patronal».
El salario inicial será ahora de 93.647,51 pesos, incluyendo 1.000 pesos por presentismo desde enero próximo, para todos los trabajadores del convenio colectivo 420/05.
Los gremios pactaron un 10% adicional para 2020, lo que se suma al 25% de abril de este año. De esta forma, se lleva el salario inicial a $70.823 en el mes de noviembre de 2020 y a $74.118 en el mes de diciembre de 2020. Se totaliza así una mejora del 35 por ciento anual.
A esto se le suman dos bonos: uno como suma extraordinaria no remunerativa de $70.178 por fin de año en dos cuotas durante enero y febrero de 2021 (bono que cobran desde hace 10 años) y otro por $90.000 por labor en cuarentena en 9 cuotas de 10 mil pesos cada una.
El acuerdo incluyó también otra mejora con un piso de 25 puntos porcentuales desde enero con revisión en agosto.
La negociación tomó seis horas desde las cuatro de la tarde en la sede de la cartera laboral con el propio Claudio Moroni como mediador.
El dilema radicaba en que las empresas querían descontar los días de paro, lo que formalmente lograron pero no llega al bolsillo de los trabajadores. Los sindicatos negociaron bonos más altos para compensar la pérdida y coronaron un éxito rotundo.
Los delegados paritarios reconocieron el papel que cumplió el ministro Moroni: «Es un ministerio que no nos impidió la lucha y estos van a aprender que no se llevan puesto al país», dijo a InfoGremiales una alta fuente de la negociación.
Acuerdos similares alcanzaron en el Sindicato Aceitero de San Lorenzo (SOEA) y la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA).
«Hoy volvimos a demostrar que es posible luchar y vencer por nuestros derechos como trabajadores, y los de nuestras familias, reafirmando el fundamento de nuestra política gremial que es el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores “alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”, aseguraron en un comunicado.
«Con el deseo de que nuevos ejemplos de unidad y solidaridad obrera para la lucha se multipliquen, hasta que llegue el día que el Salario Mímimo Vital y Móvil sea un derecho de toda la clase trabajadora argentina.», cerraron.