El martes ocurrió un duro choque entre las dos facciones del gremio de camioneros: la que responde a Hugo Moyano a nivel nacional y la «paralela», que se gestó hace pocos meses con jurisdicción en Santa Cruz. Los choques se desataron cuando los disidentes a la conducción de Moyano bloquearon caminos de ripio que conducen a yacimientos petroleros y una base operativa con la que trabaja un grupo de choferes.
Al menos diez personas sufrieron heridas por golpes y otra recibió el impacto de una bala aunque su vida no corre peligro, según las autoridades sanitarias del hospital de Pico Truncado, donde fue atendida.
Por los incidentes, el jefe del Sindicato de Camioneros de Chubut, Jorge Taboada, exhortó este miércoles al mediodía a la Justicia para que actúe a raíz de los últimos incidentes y amenazó con una huelga de Sichoca en las dos provincias.
«Vamos a paralizar toda la actividad del transporte. No vamos a ir a enfrentarnos a los tiros porque no queremos un muerto. Paralizaremos toda la actividad del transporte en toda la provincia de Santa Cruz y en Chubut», dijo el gremialista moyanista a la prensa sureña.
Tabaoda dijo que el gremio de camioneros paralelo «no es un sindicato, es un engendro» y fustigó al Gobierno por darle entidad sindical.
«Es un reconocimiento que hizo el señor ministro de Trabajo, Carlos Tomada a un grupo de desocupados de Santa Cruz vaya a saber con qué fines», advirtió.
El denominado Sindicato de Camioneros y Choferes de Santa Cruz (paralelo) había cortado sobre la ruta Provincial 12, que une Cañadón Seco con Pico Truncado, los accesos a los yacimientos Cañadón León (de YPF), Meseta Espinosa y El Cordón (de Sinopec).
Además, los manifestantes díscolos a la conducción de Moyano bloquearon la base operativa que la empresa Clear tiene en Pico Truncado, y allí se desataron los graves incidentes, con una intensa balacera.
La medida de fuerza iniciada de madrugada impedía el ingreso de vehículos de todas las empresas, tanto de operadoras como de servicios generales, en protesta por el despido de 20 afiliados durante el curso de los últimos diez días.
Los piquetes, protagonizados por unos 60 manifestantes, se extendían desde la zona denominada Bajada de Quitral-Co (a unos 7 kilómetros de Cañadón Seco), en dirección a Pico Truncado; el principal se apostó en la base operativa de Clear.
El secretario general del gremio paralelo, Carlos Alberto Gómez, atribuyó «connotaciones extrañas» a los despidos al señalar que sólo afectaron a afiliados de su sector y que se produjeron en unas cinco empresas contratistas de las dos operadoras de yacimiento, según informó el chubutense Diario Patagónico.
Gómez precisó que los motivos de las cesantías son variados y se fundamentaban en supuestos casos de alcoholemia, uso de narcóticos, acusaciones de falta de mantenimiento de camiones e incluso «otras que ni siquiera fueron justificadas por las patronales».
Sin embargo, para citar ejemplos, aseguró que en los tres o cuatro casos en los que se argumentó análisis de sangre conteniendo vestigios de cocaína, «los trabajadores hicieron una contraprueba y les dio negativo».
Cuando se presumía que este conflicto no se diferenciaría de muchos otros que se registran en yacimientos, la situación se descontroló, en medio de la indignación de dirigentes y afiliados del Sindicato de Camioneros «moyanista» porque se les coartaba la libertad de trabajo.
Alrededor de las 16:30 se produjo una batalla campal en la base de Clear de Pico Truncado que comenzó con discusiones que derivaron en golpes de puño y palos, y terminó con más de 30 disparos.