Tras intensas negociaciones en las que se buscó restarle espacio por su relación con el kirchnerismo, Antonio Caló aceptó tener un lugar menor pero estar en el Consejo Directivo. Su secretaría resuena entre la del Interior y la de Industria.
La CGT abrió hoy las puertas de su Congreso Ordinario de renovación de autoridades con todos presentes. Eso solo ya fue un logro en sí mismo, como para dimensionar el clima que se respira en Parque Norte.
Los Gordos y el Barrionuevismo apretaron hasta donde pudieron, el moyanismo y los sindicatos industriales también hicieron lo propio. Buscan frenar antes de romper porque saben que lograr el equilibrio que requiere la unidad del movimiento obrero es un arte muy delicado.
Hace unos días, el dirigente metalúrgico Antonio Caló junto a los mecánicos de SMATA en la relanzada Confederación de Sindicatos de la Industria (CSIRA) había advertido que una conducción de la CGT sin industriales iba a ser «inviable».
Hoy, tras intensas negociaciones a contrarreloj, los Gordos y el Barronuevismo lograron restarle poder a Caló pero contenerlo dentro de las filas cegetistas, ofreciéndole un espacio en el Consejo Directivo. Querían desplazar a todos los sindicatos vinculados al kirchnerismo pero las posibilidades de ruptura eran grandes.
Según pudo saber InfoGremiales, presente en Parque Norte, la secretaría que se le asignaría a la UOM sería la del Interior aunque también resuena para la de Industria. De ser la primera, sería la misma que tuvo el sindicato en 2016. En aquel momento habían designado para el cargo a Francisco «el Barba» Gutiérrez.