Todos separados, cada uno por su cuenta, con un crisol de posiciones políticas imposible de conciliar, pero todos convocando a la unidad. Así se vivió el Día de la Lealtad en el arco cegetista. El 17 de octubre, una fecha emblemática para mundo sindical, dejó más sombras que luces y visibilizó las diferencias profundas entre las posturas políticas y gremiales de las organizaciones y las corrientes que componen la central obrera.
Por un lado la conducción de la CGT «unificada» logró sostener el delicado equilibrio de gremios que conforman el triunvirato y se fueron a San Vicente, escenario simbólico si los hay, para hacer su festejo. Quedaron de lado la distancia que mostraron los dirigentes en los micrófonos en las últimas semanas por el acuerdo al que se llegó con el gobierno y recordaron el 17 de octubre rodeados de hombres del PJ. Una tregua.
En la de San Vicente donde descansan los restos de Juan Domingo Perón, estuvieron, entre otros, los tríunviros (Acuña/Daer/Shcmid), la comisión directiva de la central, sus antecesores (Moyano/Barrionuevo/Caló), el ex presidente Eduardo Duhalde, Alfredo Atanasof y el histórico dirigente peronista Fernando “Pato” Galmarini, suegro del tigrense Sergio Massa.
El encuentro, que estaba citado para las 11, arrancó cerca del mediodía y, si bien se especulaba con la posible presencia del líder del Frente Renovador, finalmente no se hizo presente para evitar herir sensibilidades. De haber asistido el el intendente de Tigre hubiera detonado la convocatoria.
En lugar de centrar su discurso sobre la política económica,la oratoria se centró en la manifestación de un deseo, explicitado por Eduardo Duhalde, que buscarán hacer realidad: quieren que los cuerpos de Perón y de Eva Duarte de Perón reposen juntos.
Por otra parte, en un acto realizado en la sede de APSEE, los gremios que componen la Corriente Federal de Trabajadores se reunieron y celebraron por su cuenta el Día de la Lealtad.
En el evento que contó con discursos de mayor tinte combativo, los sindicatos que hoy proponen el posicionamientos más opositor con el gobierno nacional dentro de la central obrera, plantaron bandera y volvieron a reclamar un plan de lucha y un peronismo más cerca del pueblo.
Lejos del peronismo ortodoxo del triunvirato, en APSEE hubo posiciones que hicieron referencia a la tradición nacional y popular de los gremios y de la política nacional, con la idea de reorganizarse para volver.
En el otro extremo del arco ideológico, en La Plata, el «Momo» Venegas le llevó sus 62 Organizaciones a VIdal (que finalmente pegó el faltazo) y festejó el Día de la Lealtad con un banner que plantaba la figura de Perón sobre el logo de Cambiemos.
Del cónclave peronista macrista participaron los ministros de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo; de Producción, Joaquín de la Torre y los intendentes de La Plata, Julio Garro; de Azul, Hernán Bertellys y el ex jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, entre otros. El Momo sigue jugado cien por cien con el macrismo.
«Nosotros no queremos ser la pata peronista, queremos ser la línea peronista dentro del Frente Cambiemos. Somos una línea interna. Nosotros somos peronistas», dijo Venegas.
Por último también el MASA que lidera Omar Viviani tuvo su 17 de octubre. Se reunió en la sede de Foetra, rodeado de dirigentes del Bloque Justicialista, con la presencia de Diego Bossio y con un discurso crítico de la CGT y del resto de los espacios gremiales.
El MASA volvió a pedir la convocatoria al Consejo del Salario y reclamó, en lugar de un bono de fin de año, el pago de un doble aguinaldo para recomponer el poder de salario erosionado por la inflación este año.
Los muchachos peronistas cada vez más desunidos.