Tras la oferta del gobierno porteño a los docentes, se proclamó triunfalmente que los 17 gremios locales habían aceptado la propuesta, aunque luego el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la Ministra de Educación Soledad Acuña corrigieron su entusiasmo, aclarando que “Ademys no es un gremio mayoritario”.
El viernes pasado, el secretario del gremio en cuestión, Manuel Gutiérrez, declaró a Radio 10: «En la ciudad hay 5 gremios con peso y Ademys tiene un buen número de 2500 afiliados. Los docentes independientes también van a venir. Un 20 o 30 por ciento de los docentes están decididos a parar», concluyó.
Y agregó: «Hay otros gremios que se fueron muy enojados de la reunión. La UTE lo iba a someter a asamblea, a debate. Hay algunos que han decidido parar y otros, enojados, que decidirán en asamblea». En varias asambleas de UTE, finalmente, surgió la disconformidad con la oferta, pero sin convocar al paro, lo cual implica una virtual aceptación de la misma.
Desde Ademys, en cambio, la lectura de la oferta es más contundente. Según su secretario general, Jorge Adaro: «Toda la primera parte del incremento, en marzo, que se cobraría en abril y hasta agosto, es todo dinero en negro: esto significa que, en un marco de inflación y devaluación, los jubilados no cobran un solo peso de aumento».
Además, afirmó que el acuerdo «rompe aún más la escala salarial» docente y por ello ese sector no iniciará las clases el próximo lunes. «Hoy, la brecha entre un docente que se inicia y uno que tiene 30 años de antigüedad sólo es del 25 por ciento y este tipo de acuerdo es elevar el salario inicial de los que recién empieza, pero no hay una correspondencia con los restantes», explicó.
Adaro también señaló que en la Ciudad de Buenos Aires «hay 1000 chicos que no van a iniciar las clases porque no tienen vacantes».