El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recibirá esta tarde a los trabajadores de la imprenta RR Donnelley, de la localidad bonaerense de Garín, con quienes analizará la situación creada a partir de la decisión empresaria de cerrar la planta y la necesidad de preservar los 400 empleos.
Trabajadores de la gráfica Donnelley, que despidió a 400 operarios tras presentarse en quiebra, ingresaron ayer a la planta y reactivaron la producción, mientras el gobierno nacional dijo que el cierre de la multinacional es «político» y advirtió una «estrategia deliberada» para promover conflictos.
Los trabajadores de la imprenta realizaron una protesta en la autopista Panamericana a la altura de Garín. Desde el gremio gráfico le expresaron a Info Gremiales que las alternativas que barjaan son «que alguien compre la quiebra o que se pueda seguir trabajando en forma cooperativa».
Fuentes del ministerio de Trabajo bonaerense informaron que «se constató que no se cumplió la conciliación obligatoria dispuesta ayer (por el lunes), porque concurrimos a la fábrica, que tenía las puertas abiertas, donde estaban los trabajadores reactivando la producción, pero no estaban los representantes de la empresa».
Uno de los delegados de la imprenta, Martín Killing, dijo que entraron «y vamos a seguir trabajando» en la planta, según lo resolvió una asamblea.
El delegado Jorge Medina expresó en un comunicado que la asamblea decidió el «ingreso a la fábrica y ponerla a producir, para defender nuestra fuente de trabajo y el sustento de nuestras familias» y dijo que «si la empresa vuelve, no vamos a permitir ningún chantaje. Vamos a exigir su reapertura en las mismas condiciones de trabajo y de salario, y manteniendo todos los puestos».
René Córdoba, también delegado, expresó: «No vamos a permitir que esta empresa mienta diciendo que está en quiebra y cierre la planta cuando a nivel mundial reportaron ganancias por 218 millones de dólares el año pasado, y mayores aún este año».
La empresa, sostuvo, «está denunciada por sindicatos de todo el mundo por su método de cerrar plantas de un día para el otro».
El ministro de Trabajo bonaerense, Oscar Cuartango, afirmó a la prensa sobre el conflicto en la imprenta que «la gran preocupación es preservar los puestos de trabajo, y más allá del resultado, que nadie lo puede garantizar, sí puedo garantizar que el gobierno de la provincia no va a tener un rol pasivo, ni va a dejar librado el empleo a los avatares del mercado».
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió en su habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno que el cierre de Donnelley «es de carácter político», «no empresarial», y dijo que le «llama la atención esta decisión unilateral, inconsulta, intempestiva, arbitraria y, a su vez, una decisión que, por lo menos, resulta extraña»