El ex ministro de Trabajo Carlos Tomada expresó su preocupación por la falta de diálogo que ostenta el gobierno y rechazó la reforma laboral: «Busca el mismo objetivo que todas. Terminar con el sindicalismo, precarizar más el empleo y aumentar la desigualdad». Además, marcó algo más grave en relación a la institucionalidad: «Este DNU es un golpe a una democracia».
El ex ministro de Trabajo durante 12 años Carlos Tomada expresó preocupación por el rumbo que tomó el gobierno de Javier Milei a partir de la presentación del DNU y la ley ómnibus y lo calificó, en diálogo con Radio 10, como una «ofensiva sobre todas las instituciones a través de mecanismos no democráticos».
Sobre las grandes decisiones que busca imponer la Casa Rosada, Tomada consideró que «el DNU no se sostiene y seguramente sea volteado por la Justicia, o eso espero» y que la Ley ómnibus pretende instalar «una nueva constitución política y social y todo en 20 días».
Desde su perspectiva, la Corte Suprema ya adelantó que no ve que haya tal «necesidad» y «urgencia» en tanto decidió esperar hasta febrero para tomar una decisión al respecto frente a la catarata de amparos que empezaron a llover en la Justicia de toda índole.
«Por supuesto que tenemos necesidades y urgencias. Venimos de una situación complicada, sobre todo a nivel de ingresos de la gente, pero lo único que se ha hecho en estos días es agravar la situación y sin ninguna posibilidad de diálogo encima», detalló.
Por su rol durante el gobierno de Néstor Kirchner, Tomada recordó que se salió de una situación realmente crítica y no sólo no se cambiaron las leyes laborales con la excusa de buscar crecimiento sino que se instauró la doble indemnización: «Fue al revés. Incluso derogamos la famosa ley Banelco. El momento de crecimiento del empleo más fuerte fue con la vigencia de las mismas leyes que hay ahora y más. Se crearon millones de empleos, el tema no pasa por reformas laborales de quitar derechos».
«La preocupación es por algo más importante aún. Este DNU es un golpe a una democracia que ha perdido el apoyo en todo América Latina que supo tener en los ’80», reconoció el también ex embajador de México.
«Si este decreto pasa es porque no dejan funcionar a los estabilizadores institucionales. A quienes puedan buscar remedio para que este decreto no se convierta en la regla de juego por la que se rija la Argentina en los próximos años, que sería devastador», consideró.
«El objetivo que se persigue con este DNU es el mismo que tuvieron todas las reformas laborales que se han presentado en la Argentina y, lamentablemente, en muchos otros países del mundo: Terminar con el sindicalismo, precarizar más el empleo y aumentar la desigualdad. Los resultados han sido esos además. En el caso de la Argentina van básicamente en contra del movimiento obrero y de las conquistas que todavía tienen las trabajadoras y trabajadores argentinos. Este gobierno las quiere liquidar. Y para políticas como las que están planteando, debilitar al sindicalismo es fundamental», detalló para concluir.