Los trabajadores de la confitería Boston se reunieron con el intendente Carlos Arroyo con el objetivo de plantear el conflicto que mantienen con la empresa y proponer la gestión de posibles soluciones.
Con 60 despidos y casi cuatro meses sin cobrar los sueldos, los empleados mantienen tomadas dos sucursales de la tradicional confitería y buscan apoyo para revertir la decisión de los empresarios, destacó La Voz de Tandil.
Del encuentro con el intendente participaron cuatro trabajadores como interlocutores de todos los empleados y los representantes de los gremios de Gastronómicos y Pasteleros.
«Le vamos a pedir que haga algo y que interceda ante la gobernadora para poder tener una reunión con ella y plantear que se recuperen las fuentes de trabajo perdidas», contó Alejandra Blanco, una de las empleadas despedidas antes de entrar al encuentro. «Tiene que haber alguna salida para esta situación y necesitamos que el intendente nos ayude», agregó.
Respecto la continuidad del conflicto, hasta el momento 60 empleados recibieron su telegrama de despido y, según señalaron los gremios luego de la última audiencia en el Ministerio de Trabajo, la empresa confirmó que habrá al menos diez despidos más.
Actualmente, sólo permanece abierta la sucursal de la avenida Constitución pero por una «cuestión gremial». «No se produce nada, y los empleados que están ahí ya fueron despedidos, pero por una recomendación del gremio, la confitería permanece abierta», señalaron los trabajadores.
Los empleados de la Boston estuvieron el jueves pasado en la Banca 25 del Concejo Deliberante donde reclamaron por sus puestos de trabajo, el pago de los sueldos adeudados desde abril y el tratamiento de normativas que los protejan ante la decisión empresarial de cerrar las sucursales.