Los trabajadores de salud de los hospitales porteños denunciaron la suspensión de más de 20 cirugías diarias debido a las altas temperaturas dentro de los quirófanos. Es por la falta de mantenimiento de los aires acondicionados. Anunciaron que, de no tener respuesta del Gobierno de la Ciudad, se movilizarán en los próximos días.
«La problemática esta sucediendo en la mayoría de los hospitales, pero especialmente en el Hospital Durand y el Hospital Oftalmológico Lagleyze. En el verano se sufre mucho y se tuvieron que suspender operaciones», denunció el delegado de ATE Héctor Ortiz en declaraciones para Télam.
Ortiz, que se desempeña como enfermero en el Hospital Durand, sostuvo que la administración porteña «no hace nada» y se repiten los problemas porque «ni al ministro de Salud, Fernán Quirós, ni al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta les interesa la salud pública».
ATE anunció que, de no tener respuestas sobre la renovación de los equipos, se movilizarán la semana que viene frente al Hospital Durand, sumando a todas las agrupaciones posibles.
Desde la delegación de ATE en el Durand acusaron de «crueldad» al Gobierno porteño, al advertir que «la falta aire acondicionado en las salas de internación provoca que los pacientes se descompensen».
«El que más sufre es el enfermo, el que está recién operado o internado grave; si no funciona el aire la sala es un horno», sostuvo Ortiz.
Por su parte, los trabajadores del Hospital de Oftalmología Lagleyze, ubicado en el barrio Villa General Mitre, ya habían denunciado esta situación el 16 de enero pasado.
ATE, Sutecba y UPCN habían reclamado en enero que debido al mal funcionamiento del equipo de aire acondicionado de los quirófanos central y de guardia del Lagleyze fue necesario suspender las cirugías pasibles de reprogramarse por «el riesgo a la integridad física del paciente y del personal».
La técnica en Cardiología y delegada de ATE en el Lagleyze Myriam Murúa relató que el viernes pasado se volvió a dar esta misma situación y tuvieron que suspender otra vez las operaciones porque no se podía seguir trabajando sin ventilación en ambos quirófanos.
«Los pacientes se descomponían. El jueves pasado enviamos una nota y suspendimos las operaciones generales, únicamente se hicieron el viernes dos o tres cirugías de urgencia», indicó.
En el Lagleyze se hacen un promedio de 20 a 28 operaciones diarias, con lo cual el viernes pasado se suspendieron más de 20 cirugías programadas.
La delegada explicó que este problema en ambos quirófanos data desde 2019, antes de la pandemia.
Dentro de un quirófano puede haber hasta cinco pacientes, a los cuales se le suman anestesistas, enfermeras, instrumentistas y médicos, por lo que la cantidad de personas dentro de las salas y las altas temperaturas de diciembre, enero y febrero hicieron imposible llevar a cabo el trabajo normalmente y sin riesgos.
Ortiz señaló que «se cansaron de denunciar» esa situación y opinó que «hay que hacer hincapié en las empresas privadas que ganan millones y no cumplen».
Además, el delegado de ATE indicó que desde la dirección del hospital aseguraron que el Gobierno de la Ciudad no responde sobre el tema.
«Los pacientes vienen para una cirugía y encima de que no salen con la cirugía, porque no se las podemos realizar en estas condiciones, salen descompuestos», añadió Murúa.
La sindicalista explicó que el aire necesario para refrigerar un quirófano no es igual a un aire acondicionado doméstico: esta diseñado para no transportar bacterias dentro de la sala de operaciones.
Para Murúa, los aires acondicionados deben ser cambiados, no arreglados, ya que han sobrepasado su vida útil; explicó además que es la misma empresa que siempre acude a revisarlos, pero que no los logra reparar y se continúa en las mismas condiciones.
Desde el Durand, Ortiz estuvo de acuerdo con que los aires acondicionados son viejos y hace años que tienen estos problemas, por lo tanto demandó que el Ministerio de Salud porteño compre nuevos.
Entre los problemas estructurales, edilicios y de vaciamiento de los centros de salud porteños, desde ATE denunciaron también esta semana una plaga de ratas en el Hospital de Gastroenterología Udaondo, ubicado en Parque Patricios.
«Hay empresas privadas que tienen que encargarse de eso; del mantenimiento, de limpieza; de seguridad y del arreglo de aires acondicionados. Pero nunca alcanza y no dan abasto, pero ganan una fortuna», denunciaron.
Los problemas acarreados por las empresas tercerizadas por el Gobierno porteño en los hospitales son trasversales a todos los servicios y áreas de salud.
Murúa explicó que también en su propio hospital la empresa que hace mantenimiento de los ascensores «revisa y no hace nada».
«Se descompuso tres o cuatro veces el ascensor de las camillas con gente adentro. Los ascensores no funcionan y la gente con silla de ruedas no pueden subir», subrayó.
La delegada de ATE invitó a las autoridades de la Ciudad a visitar a los servicios de salud para que «vean todo lo que está mal».