Elizabeth Ríos fue cesanteada luego de más de 20 años de trayectoria en la guardia del establecimiento; demostró siempre «compromiso con los pacientes, familias y empleados» y denunció «el hacinamiento de los internados en emergencias (camillas en pasillos, pacientes limpios y con enfermedades infectocontagiosas en la misma habitación, entre otras cosas)», señaló la ATE.
En abril último, el Consejo de Administración (CA) del Garrahan requirió a Ríos un descargo por supuestas faltas injustificadas.
«La enfermera despedida presentó toda la documentación pertinente. Sin embargo, la patronal no le reconoció los certificados médicos, los días de paro del gremio y su participación como veedora en concursos en representación de la Asociación de Profesionales. Incluso en días en que el registro de fichadas indicó que prestó servicio en tiempo y forma, su supervisora la consideró ausente. No puede ser otra cosa que persecución sindical», agregó.
La ATE y los delegados del Garrahan explicaron que Ríos fue delegada de la Junta Interna del sindicato porteño diez años y, «la grave sanción, ‘casualmente’ se le aplicó 12 meses después del cese de la tutela gremial de la que gozaba».
Una asamblea de trabajadores en la que participó personal de la ATE y de la Asociación de Profesionales decidió hoy una movilización hacia las puertas del Garrahan desde las 13.30 de este viernes y exigió la reincorporación inmediata de Ríos.
También convocó a Juntas Internas, organizaciones gremiales, sociales, barriales y políticas a defender a la enfermera «arbitraria e injustamente echada» en defensa de la salud pública.