Los empleados de la tradicional Casa del Queso, ubicada en Avenida Corrientes al 3500, Almagro, volvieron de sus vacaciones el 16 de enero y se encontraron con un panorama desolador. El restaurante estaba totalmente cerrado, se habían llevado todo y estaban despedidos sin ningún tipo de indemnización.
Las 20 familias que vivían del negocio quedaron en la calle y los dueños (Nelson Antonio, Juan Dreyer, Guido Dreyer y Susana Antonia Ferrari) se fueron sin dar la cara. «Sólo mandan a sus abogados a las mediaciones», contó Vilma Albornoz, una de las trabajadoras despedidas que tiene 8 años de antiguedad en el restaurante.
En lugar de quedarse de brazos cruzados, mientras negocian con todas las dilaciones que los propietarios imponen, el pago de los salarios adeudados y las indemnizaciones, los trabajadores ocuparon el local, compraron mercadería y lo pusieron a funcionar autogestionado.
«Los dueños se habían llevado todo, como si hubieran puesto otro negocio», remarcó Vilma y recordó que los propietarios tienen emprendimientos similares en Córdoba a donde sospecha que se llevaron todo lo perteneciente a La Casa del Queso.
Hoy, 12 de los 20 despedidos, conforman el equipo de trabajo que sigue vendiendo las mismas delicias, pero a precios más económicos, y mantienen con vida el emblemático espacio de Almagro.
«Estamos defendiendo los puestos de trabajo y sacamos algo como para cubrir nuestros gastos básicos, alquiler, comida», explicó Vilma, que destacó el acompañamiento de los vecinos y de la comunidad que se acerca a respaldar el proyecto.
«Nuestra idea es preservar nuestros puestos de trabajo», concluyó la trabajadora y recomendó especialmente los desayunos del lugar.