Las elecciones de Junta Interna y Cuerpo de Delegados de ATE en INTI dieron un batacazo con mensajes cruzados. La primera lectura surge de la caída, tras un año en el que hubo más de 200 cesantías, de Francisco Dollman, quien era secretario General en el organismo hace 21 años.
La derrota electoral concentra dos motivos clave. Por un lado las versiones, que crecieron en los pasillos del INTI, de que el estatal entregó y consensuó las listas de los despedidos con la gestión haciendo recaer la mayor parte del ajuste entre quienes eran partidarios de la lista Naranja. Por otro la ruptura entre el oficialismo que fue con dos listas a una compulsa que terminó siendo muy cerrada.
La caída de Dollman anticipó en parte la pelea que viene por manejar el gremio de estatales y fue bien vista desde ATE Capital, encolumnada con la lista Verde y Blanca y enfrentada con el histórico dirigente del Instituto que es un exponente de la lista Verde.
De hecho la seccional porteña conducida por Daniel «Tanito» Catalano, a pesar de algunos votos observados que podrían torcer el rumbo de unos comicios cerrados, proclamaron a la Lista Naranja como vencedora y enviaron el acta correspondiente.
La caída de Dollman alegró a la gestión del organismo, que mantiene un duro enfrentamiento con el dirigente y al que acusan de «defraudación a la administración pública» por supuestas irregularidades en manejo de dinero que vinculan a la mutual del INTI.
«Los de la Naranja protestan pero es gente que labura», dejaron trascender desde la gestión, conformes con el resultado de las elecciones que, entienden, es un espaldarazo para investigar los manejos del estatal en el organismo.
Los comicios tuvieron una participación del 75% del padrón, lo que marcó el gran nivel de movilización que todavía se mantiene en el INTI, luego de los 265 despidos que mantuvieron casi todo el año a los empleados con protestas constantes.