Luego de 25 años, el próximo domingo cierra sus puertas el shopping Buenos Aires Design ubicado en el barrio porteño de Recoleta. Más de 700 familias quedan en la calle y sin trabajo de forma directa y otros tantos de forma indirecta. El cierre afecta a los 70 locales del shopping de diseño y a los restaurantes y bares, entre los cuales figura el Hard Rock Café.
El cierre es por el vencimiento de la concesión otorgada a Emprendimientos Recoleta S.A., cuyo accionista mayoritario es IRSA -la desarrolladora inmobiliaria de Eduardo Elsztain- dueña de los principales shoppings del país.
Si bien en octubre, la Legislatura porteña aprobó en primera lectura el texto de una ley que daría en concesión por 15 años, prorrogable por 5 años más, la ley preveía que el actual concesionario extienda la continuidad de los usos por un plazo de al menos 18 meses, hasta tanto el predio sea adjudicado nuevamente. Pero para que se transforme en ley necesita pasar por una audiencia pública -no vinculante- y una segunda lectura en el recinto, algo que recién está previsto para enero.
Desde que se trató en la Legislatura, las autoridades de IRSA y el Gobierno de la Ciudad, buscaban acercar posiciones para continuar con el shopping abierto hasta tanto se licite. Sin embargo, no hubo acuerdo y el shopping cerrará sus puertas. De los 70 locales originales, más de 15 habían cerrado en los últimos meses.
Según el diario BAE, desde el Gobierno de la Ciudad señalan: «El domingo 18 vence la concesión e IRSA tiene que entregar el predio en las condiciones que estipula el contrato, libre de ocupantes y de locales. Tiene un período de gracia de tres meses, hasta el 18 de febrero para entregarlo».
Ramón Villaveirán, gerente de Asuntos Públicos y Gubernamentales de IRSA, explicó al matutino: «Nosotros estabamos dispuestos a seguir operando el shopping, de hecho hace un mes que venimos conversando con el Ejecutivo y habíamos acordado una prórroga de 30 meses más, pero el viernes nos llamó Juan Franchi, responsable de concesiones del Gobierno de la Ciudad, y nos dijo que daba marcha atrás. Unilateralmente decidieron que debía cesar la actividad comercial en el shopping».
El ejecutivo de IRSA agrega: «Tendrán que asumir el costo político de dejar a 700 familias en la calle, mientras paralelamente sacan un decreto antidespidos diciendo que las empresas deben informar antes de hacer despidos. No es una decisión nuestra cerrar, menos en un momento tan crítico como este, no se puede dejar a tanta gente sin trabajo», explica Villaveirán.
Los trabajadores de los locales gastronómicos aseguran que no se irán, que se quedarán hasta tanto en enero se apruebe finalmente la ley en la Legislatura que permita que haya una prórroga por 18 meses.
Roberto Fontenla, presidente de la Cámara de empresarios madereros y afines y ex locatario, señaló: «Es un desastre lo que hicieron tanto IRSA como el Gobierno porteño, la mitad del shopping ya está cerrado. El gerenciamiento era un desastre». Trabajadores y locatarios esperan un milagro, mientras organizan una protesta para la tarde de hoy.