Unos 300.000 niños podrían ingresar en situación de explotación laboral en América Latina y el Caribe debido al impacto de la crisis generada como consecuencia de la pandemia de coronavirus, advirtió la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y llamó a «pisar el acelerador» para evitar un retroceso que podría ser equivalente a los avances alcanzados en 10 años.
«El aumento de la pobreza y la caída de los ingresos familiares, el cierre de las escuelas, y el aumento de las vulnerabilidades, son factores que pueden contribuir a incrementar el trabajo infantil», informó hoy el director general de la OIT, Guy Ryder, durante el lanzamiento del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en América Latina y el Caribe.
Si bien en los últimos 25 años la región logró importantes avances contra el trabajo integral, antes de la pandemia de la Covid-19 la explotación laboral de niños, niñas y adolescentes ya había alcanzado 10,5 millones.
Según el funcionario, citado por la agencia Europa Press, la situación podría empeorar debido a la crisis generada por las restricciones implementadas para mitigar la propagación del virus.
Por su parte, el director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, afirmó que es el momento de «pisar el acelerador» en la lucha contra la explotación laboral infantil y enfrentar una crisis que podría generar en un año el retroceso «equivalente a una década de avances».
El lanzamiento del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en América Latina y el Caribe contó, además, con la presencia de varios presidentes de la región.
El presidente de Colombia, Iván Duque, quien destacó el compromiso de impedir el trabajo infantil y seguir disminuyendo esta práctica en la sociedad.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, subrayó el compromiso político «al más alto nivel» con la prevención y erradicación de la explotación laboral de niños, niñas y adolescentes en todas sus formas en el lanzamiento del Año Internacional.
«Nos sumamos a esta iniciativa mundial para fortalecer los esfuerzos para combatir este flagelo», expresó Giammattei.
Asimismo, el presidente de Perú, Francisco Sagasti, vinculó la persistencia del trabajo infantil a la «desigualdad endémica» de la región, y reiteró el compromiso de su país con la aplicación de estrategias para enfrentar este problema.