Tras la aprobación de la Reforma del Estatuto Docente del Gobierno de la Ciudad, sindicatos docentes porteños se aglomeraron en las puertas de la Legislatura en contra de la modificación impulsada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Según explicó el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la reforma apunta a fortalecer cuatro ejes que buscan equilibrar la formación docente con la antigüedad en el puntaje, además de implementar una nueva carrera con roles de especialización y dos nuevos cargos: maestro especialista y maestro coordinador de trayectorias. A su vez, busca articular la formación a través de incentivos salariales y potenciar el rol del preceptor con responsabilidades tutoriales.
Además de la movilización, los manifestantes realizaron un paro tras alegar que el Estatuto presentado por Juntos por el Cambio configura «un nuevo ataque al estatuto original» y que la creación de dos nuevos cargos de ascenso y «el premio a la docencia que se esfuerce en su formación» implica «una reforma laboral encubierta».
Durante la sesión, se registraron incidentes en el exterior de la legislatura porteña protagonizados por la policía de la Ciudad tras la caída de una de las vallas. Según los docentes presentes, hubo represión y gases lacrimógenos para quienes manifestaban.
A través de un comunicado, el gremio docente Ademys explicó: «Las tareas propuestas para uno y otro cargo tienen límites difusos con las que realizarían sus pares no ascendidos que igualmente siguen dando clases. Los participantes en los cursos especiales que harían la diferencia de puntaje, los designarían las propias autoridades escolares, con lo que indirectamente se busca quebrar la unidad del gremio por la base e instalar la competencia entre compañeros, condición que tanto aprecia este gobierno».
Y se detalla: «En realidad, se estaría otorgando poder a cada dirección de escuela y supervisión escolar, en línea directa desde el ministerio de Educación, para decidir quiénes serán los docentes ascendidos. El proyecto, además, es incoherente en sí mismo. No resuelve qué sucede al año cuando nuevos docentes hubieran hecho los exclusivos cursos de ascenso en la misma escuela o se hubieran cambiado de escuela. O bien no se lo explicita y, en realidad, no son cargos de ascenso permanentes sino espadas de Damocles con las que cada director o directora de escuela tendrá la facultad de premiar o castigar, en un encubierto régimen de salario por productividad, esta vez, por cursos».
En la misma línea, Federico Winokur, dirigente de la agrupación docente Carlos Fuentealba aseguró: «El paro de ayer tuvo un acatamiento del 80% y demostró el enorme repudio que hay en la docencia a la reforma del Estatuto del Gobierno de la Ciudad».
Y agregó: «Las y los docentes tenemos que organizarnos en cada una de las escuelas y distritos para rechazar la implementación de estas reformas antidemocráticas y convocamos a una gran asamblea de todo la docencia de Buenos Aires se sume a discutir».