
Se trata de la icónica empresa Gonzalo, fundada en 1952 por el inmigrante español Gonzalo García. Fue declarada en quiebra. Despidió a sus últimos 25 empleados, varios de ellos con décadas de antigüedad.
Esta marca, famosa por sus papas fritas, había sido un pilar en las reuniones y celebraciones de Mendoza durante más de siete décadas. La quiebra deja un vacío significativo en el mercado de productos de copetín en Argentina.
Gonzalo García llegó a Mendoza desde España y comenzó a fabricar papas fritas tipo snack, convirtiendo su negocio en una próspera empresa familiar que pasó de generación en generación. La empresa alcanzó su mayor crecimiento en los años 90, con una demanda que llevó a expandir su personal y modernizar su maquinaria. A pesar de la muerte de su fundador en 2010, sus hijos y nietos continuaron con el legado.
En los últimos meses, la situación financiera de la empresa se agravó significativamente. Los sueldos de los empleados se pagaban en dos partes, y las ventas habían caído considerablemente.

La Justicia concursal de Mendoza decretó la quiebra de la empresa, lo que ha llevado a la liquidación de sus bienes. Esto afectó a 25 empleados, quienes se enteraron de la situación de manera repentina.
La empresa acumuló una deuda superior a los 130 millones de pesos, con un reclamo principal de 75 millones por parte de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA, ex AFIP).
Los bienes de la empresa, incluyendo maquinarias y propiedades, serán utilizados para cubrir las deudas pendientes. El proceso de liquidación se extenderá durante más de un año, con un cronograma que incluye la presentación de pedidos de verificación de créditos hasta mayo de 2025.
Los empleados, muchos con décadas de antigüedad, expresaron su indignación por la forma en que se comunicó el cierre y denunciaron irregularidades en el funcionamiento de la empresa.
A su vez, realizaron planes para formar una cooperativa y mantener viva la marca, en honor a su fundador. Esta iniciativa buscaba evitar la venta de los bienes y permitir que los trabajadores continúen produciendo bajo el legado de Gonzalo, pero no prosperó.